Los agricultores de la comunidad de José Carlos Mariátegui en el Alto Huallaga sonríen satisfechos porque sus vidas han sido transformadas gracias al cacao, y ahora están preparados para afrontar los retos del futuro y acceder a una mejor calidad de vida.
Tras años de fracaso con los cultivos ilícitos, en el año 2008 decidieron organizarse y buscar una nueva alternativa, dejaron atrás la hoja de coca y apostaron por cultivos lícitos y rentables con el apoyo del Programa de Desarrollo Alternativo.
La organización y la voluntad de sus pobladores llevaron rápidamente al progreso a esta comunidad que apostó por la siembra del cacao y la convirtió en su principal actividad económica brindando oportunidades para todos sus agricultores.
Cada 26 de febrero celebran con algarabía su fiesta central, en la cual las manos de sus mujeres transforman sus propios productos en exquisitos potajes, platos típicos como el juane de gallina y las ya famosas humitas.
Siguiendo un sueño
Los pobladores de la zona tienen un sueño, el manejo tecnificado de la crianza del cuy, un proyecto que han presentado al concurso Selva Ganadora y que aspiran se haga realidad.
La crianza del cuy en José Carlos Mariátegui no solo generará buenos ingresos económicos sino también los residuos de estos animales serán aprovechados como abono orgánico para sus diferentes cultivos, contribuyendo así, a la conservación del medio ambiente.
Para los pobladores de esta comunidad, las semillas del cacao son una verdadera mina oro, las recolectan, las siembran en bolsas germinadoras y luego de tres meses son trasplantadas a los terrenos definitivos. Luego, a esperar la primera cosecha. El trabajo es arduo pero participativo, el conocido choba choba, donde todos los agricultores se apoyan entre sí.
La comunidad actualmente no cuenta con servicios básicos, la única escuela se encuentra a 30 minutos de camino al igual que la posta de salud. No hay electricidad y mucho menos agua potable. Años atrás, los problemas sociales en la zona ahuyentaron a sus pobladores.
Los pobladores de José Carlos Mariátegui ven con buenos ojos el futuro de su comunidad, son consientes que para lograr su desarrollo deben seguir trabajando unidos y con la misma convicción. Nos despedimos de este acogedor lugar con la alegría de sus niños que se divierten y gozan de un ambiente de paz y tranquilidad.