Con dos mil quinientas hectáreas para la siembra de papa, quinua, cañihua, alfalfa y otros cereales andinos, las comunidades aymaras de Caritamaya en el distrito de Ácora (Puno), empiezan a salir adelante gracias a la revalorización de conocimientos tradicionales y a los sistemas agroculturales impulsados por el proyecto Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM)
Asentadas a más de 3800 msnm, cuatrocientos sesenta familias aymaras rescatan conocimientos ancestrales en la agricultura y a través de sus cultivos buscan adaptar la agricultura regional a los cambios climáticos que afectan a todo el planeta.
El coordinador del proyecto SIPAM, Alipio Canahua Murillo, enfatizó que las comunidades altoandinas pueden desarrollar una agricultura de exportación como lo están haciendo con el cultivo de la quinua blanca y roja, la papa y otros cereales que están permitiendo el desarrollo sostenible de las comunidades aymaras.
“En este sentido, el proyecto SIPAM tiene muy buenos resultados entre las comunidades en el rescate de conocimientos y valores de nuestros antepasados”, refirió.
Por su parte, el presidente de Caritamaya, Belardino Quispe, afirmó que su comunidad ha logrado demostrar al Perú y al mundo que se puede obtener alimentos de calidad practicando “la tecnología de sus antepasados”.
“Cultivamos cereales que se exportan al mundo y que pueden aliviar la desnutrición infantil, la inseguridad alimentaria y la extrema pobreza” dijo.
Cabe indicar que entre 1990 y 2000 se recogía una tonelada de papa por hectárea, mientras que en la actualidad la productividad es de nueve toneladas por hectárea. Con respecto a la quinua antes se recogía 400 kilos por hectárea y ahora 950 kilos por hectárea, aproximadamente.
El proyecto SIPAM fue lanzado la semana pasada por el Viceministerio de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales del Ministerio del Ambiente (MINAM) en la ciudad de Puno.