Los pobladores de la comunidad de Satica, del distrito de los Morochucos, provincia de Cangallo, quienes fueron víctimas de la violencia política recibieron de manos de los representantes del Instituto de Medicina Forense los restos de cinco personas exhumadas y de 12 asesinadas en el paraje de Toqto, en 1983.
Fredy Arango Méndez, hijo de Guillermo Arango de la Cruz, quien fue asesinado aquel fatídico día, pidió a las autoridades se haga justicia y se cumpla con reparación. Manifestó que junto a su madre y hermanas quedaron desamparados con la muerte de su padre.
“Recién el 5 de abril nos entregarán los resultados de los exámenes practicados por los especialistas, pero se sabe que mi padre y los 11 comuneros fueron asesinados por militares. Por eso, pedimos a las autoridades sanciones ejemplarmente a los autores del crimen y paguen una reparación económica individual para los afectados”.