En marzo se acaban las vacaciones para todos los escolares del país y es momento de volver a clases. Este año, más de seis millones regresan al colegio. Aunque para algunos niños esto es emocionante, muchos otros experimentan estrés por la situación. Según la doctora Giovanna Valdespino, jefa de Programas Preventivos de Sanitas, el estrés por el regreso a clases es normal.
“Los síntomas más comunes en los niños son: dificultad para dormir y pérdida de apetito o irritabilidad. En casos más graves de estrés infantil se puede encontrar las rabietas, llantos o negarse a ir al colegio”, afirmó la doctora, informó Sanitas a INFOREGIÓN.
Asimismo, aconseja ponerse en el lugar del niño: “Como padres, tenemos el deber de comprender a nuestros hijos, ya que los cambios son difíciles y en muchas ocasiones experimentan temor”, afirmó. Además, Valdespino dió algunas recomendaciones para que el regreso al colegio no sea abrumador:
- Establezca una rutina unos días previos a volver a clases, tanto para el horario de las comidas, juegos, uso de equipos electrónicos y hora de acostarse. Esto ayudará a que el niño se habitúe de a pocos al nuevo horario.
- Para el caso de los niños en edad pre escolar que nunca se han separado de los padres, puede ser mucho más difícil lidiar con la situación. Por ello, se aconseja hablar con el pequeño y contarle todo lo nuevo que vivirá en su colegio. Si es posible, visiten juntos el centro educativo previamente para familiarizarse con el lugar y así sentirse seguro.
- Otros niños manifiestan mucho nerviosismo por regresar a la escuela, al punto de llorar cuando se le menciona el tema. Es necesario conversar con él para saber la razón por la que se pone así. En algunos casos, el niño podría ser víctima de bullying. Si es así, hable con él para demostrarle que lo apoya y que no lo dejará solo.
- Por último, para que este regreso a clases no dé mayores contratiempos, se recomienda llevar al menor a un chequeo médico, que incluya revisión de ojos, un examen de oídos que descarte algún problema auditivo y, por último, un tamizaje de hemoglobina para detectar una posible anemia.