El reportero gráfico del diario El Colombiano, Manuel Saldarriaga Quintero, fue galardonado este jueves con el Premio Internacional de Periodismo Rey de España en su XXVII edición, con su fotografía “Inocencia en medio de la coca”, en la que retrata a los niños que nacen en las regiones cocaleras, «ajenos a las mafias y al conflicto» que les rodea.
Saldarriaga Quintero, de 40 años, publicó su fotografía en el mencionado diario el 12 de abril de 2009. Cuando conoció la noticia, el fotógrafo colombiano no lo podía creer. Tras confirmar el galardón, todo fue emoción y lo dedicó a su familia y compañeros de El Colombiano.
«Este es el reconocimiento al trabajo constante y creativo de un gran fotógrafo y amigo», dijeron sus compañeros.
La imagen premiada forma parte de un trabajo foto-periodístico de Saldarriaga en el que muestra a los niños que nacen en las regiones cocaleras, «ajenos a las mafias y al conflicto que les rodea”.
El jurado de la XXVII edición de estos premios, que conceden cada año la Agencia Efe y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, AECID, valoró la «coincidencia de dos elementos: la edad de los protagonistas, que juegan ajenos al contexto de crimen y delincuencia donde fue captada la imagen».
Otro detalle que valoró el jurado fue «el menor que cubre su rostro con hojas de coca, mostrando y ocultando al mismo tiempo las dos caras de la realidad de las zonas que padecen el narcotráfico, en contraste con las normas de la prensa del primer mundo, que obligan a pixelar los rostros de los menores».
Saldarriaga afirmó que este galardón es fruto del trabajo y la dedicación durante más de 20 años. Dedicó el premio a su madre, fallecida hace pocos días, y a sus compañeros del diario El Colombiano, de la ciudad de Medellín.
«Todavía no lo creo, estoy aterrizando aún, ganarse el Rey de España es algo increíble. Todavía estoy anonadado», agregó.
Precisó que la fotografía que obtuvo el galardón, «Inocencia en medio de la coca», es parte de un trabajo que hizo en un paraje de Puerto Asís, en el sur de Colombia.
«Estaba cayendo un poco de agua, los niños correteaban, se metían en medio de las hojas, de pronto vi un niño que jugaba a las gafas y me pareció el momento preciso, porque uno intenta no mostrarlos o no sacar mucho sus rostros, entonces fue un momento apropiado y se logró», relató.
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