Cocaleros vándalos atacan buses de transporte en vía Huánuco-Tingo María

El denominado paro regional de 72 horas, decretado por la dirigencia de los cocaleros de José Crespo y Castillo, fracasó nuevamente y se circunscribió finalmente en un cierra puertas de las actividades comerciales y de transporte sólo en la ciudad de Aucayacu, cuyos pobladores, temerosos, se vieron obligados a cerrar sus puertas para evitar actos de violencia contra la integridad de sus familias.


 


Pese a denominarse paro regional, la medida de fuerza no se acató ni en Tingo María ni en Huánuco ciudades en donde las actividades comerciales, educativas y de servicios se desarrollaron normalmente.


 


Pero en cambio, los cocaleros protagonizaron escenas de violencia en la carretera que une Huánuco con Tingo María que permaneció bloqueada por algunas horas suscitándose bochornosos actos de violencia cuando un grupo reducido de manifestantes, colocaron piedras, troncos y llantas ocasionando el malestar y la protesta de los viajeros.


 


Los agricultores cocaleros llenaron de obstáculos la carretera desde el sector La Esperaza hasta aproximadamente un kilómetro de distancia pasando el túnel de Carpish con dirección a Tingo María y paralizaron por algunas horas el tránsito en ambas vías.


 


Decenas de vehículos de transporte de pasajeros y de carga quedaron varados en La Esperanza, hasta que los propios pasajeros y conductores decidieron intentar continuar su viaje, procediendo a desbloquear la vía, avanzando varios kilómetros.


 


Sin embargo, en una zona cercana a Santa María del Valle, un grupo de manifestantes, que se identificaron como agricultores cocaleros y en evidente estado de ebriedad, agredieron ferozmente contra los vehículos y personas que llegaron hasta allí.


 


Como los choferes y pasajeros respondieron que continuarían su camino,  los insultaron duramente y luego procedieron a apedrear las unidades, sin importarles que en el interior viajaban niños y mujeres que gritaban desesperados por los momentos que vivían.


 


Los agresores subieron a los cerros cercanos y desde allí lanzaron una andanada de piedras, destrozando las lunas de los vehículos e hiriendo a numerosas personas.


 


La llegada de la policía, media hora después del suceso y el uso de gases lacrimógenos hicieron huir a los agresores, que cobardemente se refugiaron en las zonas cercanas a la espera de volver a  agruparse.


 


Tras una rápida redada, los efectivos policiales lograron capturar a tres sujetos que participaron en la agresión a los viajeros.  Acompañados por las unidades policiales, los buses y automóviles agredidos lograron llegar hasta el túnel de Carpish, donde otro grupo policial de Tingo María se unió para restablecer el orden.