Luego de que la Policía Nacional procediera a desalojarlos pacíficamente de las calles de Tingo María, donde pretendían organizar una raleada manifestación, los cocaleros de Leoncio Prado se retiraron para reunirse en su local institucional y evaluar los motivos de su nuevo fracaso.
Según varios testigos de la convocatoria, los cocaleros se vieron desalentados ante el rechazo mayoritario de la población a la medida de fuerza que, como respuesta, tuvo una apertura total de los negocios, oficinas públicas y privadas, circulación plena de vehículos y asistencia masiva a la escuela.
El dirigente Alan Valdivia Beteta, presidente de la Asociación de Agricultores y Productores de la Hoja de Coca del Alto Huallaga y Padre Abad, en todo momento se negó a dar declaraciones o comentarios sobre este nuevo fiasco y se introdujo rápida y silenciosamente en la reunión. Se supo que la autoridad policial les explicó en su momento que la marcha no podía concretarse por estar suspendidas las garantías en el marco del Estado de Emergencia.