Un clima de extrema tensión se vive en el valle del Monzón, específicamente en el Centro Poblado Bella, a cinco kilómetros de Tingo María, donde varios dirigentes cocaleros azuzaron a sus agremiados para concentrarse en el lugar y obligar a la población a unirse a su gremio. Debido al rechazo de las autoridades, los cocaleros cometieron abusos y agredieron a varias personas.
Se informó que los dirigentes ingresaron a distintas chacras de los pobladores y cosecharon sus pequeñas parcelas de coca. Se las habrían llevado a los laboratorios clandestinos de pasta básica de cocaína. La denuncia fue hecha por las autoridades del referido poblado, quienes expresaron también su rechazo a la coacción de la que vienen siendo víctimas.
Ante estas acciones, los pobladores de Bella, encabezadas por sus autoridades municipales, expresaron su rotundo rechazo a la llamada Federación de Cocaleros del Valle del Monzón. En las pancartas se observó que están cansados de los abusos que cometen con su llamada “fiscalización”.
Según las informaciones, durante el ingreso de los más de 200 cocaleros al poblado de Bella casi ocurre una tragedia, ya que la reacción de los pobladores fue la de acudir ante el Comité de Autodefensa con la finalidad de tomar las armas para rechazar el ataque. Sin embargo, no lograron sacarlas, ya que no encontraron al encargado.
Las autoridades y la población dieron a conocer que el poblado no es cocalero y que si existen algunas plantaciones son muy pequeñas. Igualmente, dijeron que de producirse una próxima “fiscalización”, la comunidad de Bella se encontrará preparada para defender sus intereses.
Como se sabe, en la zona, los cocaleros y sus dirigentes son la única ley e imponen sus decisiones de acuerdo a sus intereses. En el valle del Monzón no existen autoridades formalizadas, tal como existen en todo el Perú. Además, en varias oportunidades, los cocaleros se han opuesto a la instalación de puestos policiales y autoridades judiciales.