Los agricultores del Alto Huallaga le han comenzado a dar la espalda a la Confederación Nacional de Productores Agropecuarios de las Cuencas Cocaleras del Perú, CONPACCP, gremio fundado por las hoy parlamentarias Elsa Malpartida y Nancy Obregón, debido a que los productores se han dado cuenta de que la dirigencia se ha aprovechado de ellos durante todos estos años y pretendían seguirlo haciendo.
Así lo señaló en DIÁLOGO CIUDADANO el periodista y analista político de la problemática amazónica, Sergio Madueño, quien coincidió con quienes ya han advertido que existe un divorcio institucionalizado entre los agricultores cocaleros y las bases gremiales.
En ese sentido, sostuvo que son cada vez más las asociaciones de cocaleros locales que han declarado su rechazo a los clásicos grupos «representativos» como la CONPACCP y la CENACOP (Central Nacional de Agricultores Cocaleros del Perú), dirigida por Eduardo Ticerán, por el referido desencanto ante el incumplimiento de sus reivindicaciones.
Puso como ejemplo a los agricultores cocaleros de José Crespo y Castillo, Aucayacu, quienes ya han anunciado que buscarán de forma independiente el cumplimiento de sus demandas.
«Han despertado ante el engaño de estos dirigentes que se han aprovechado de la nobleza, la buena fe y del esfuerzo propio de los cocaleros en este caso», precisó.
Se vislumbran nuevas candidaturas
En otro momento, el analista consideró que tras el desencanto de los agricultores con las actuales legisladoras Malpartida y Obregón, se vislumbran futuras candidaturas electorales para próximos comicios locales y regionales.
Opinó que en el caso de Aucayacu este papel podrían desempeñarlo los dirigentes cocaleros Teodosio Aquino o Rosa Obregón, aunque no se animó a adelantar cuál de los dos sería el elegido.
«No se sabe cuáles persiguen lo que Nancy Obregón y Elsa Malpartida persiguieron en su momento pero se advierte que siguen el mismo camino», comentó.
Sin embargo, no dejó de señalar que el éxito de los cultivos alternativos entre los agricultores de la zona acompañado de la tranquilidad que brinda el estar dentro del marco de la legalidad podría revertir el papel del caudillismo cocalero en el Perú.