Coca ilegal e insumos químicos amenazan gravemente a la Amazonía

El biólogo, Sandro Chávez Vásquez, Presidente del Foro Ecológico del Perú, denunció que entre el cultivo ilegal de hoja de coca para el narcotráfico y el uso de insumos químicos para la elaboración de cocaína, se está dañando gravemente a la Amazonía.


 


El cultivo de coca ilegal se concentra en la ecoregión ‘Yungas’ –entre los 1,500 y 3,500 metros sobre el nivel del mar- sobre todo en las cuencas de los ríos Huallaga, Aguaytía, Pachitea y Apurímac, que tienen alta diversidad de paisajes, pisos y nichos ecológicos, y que ahora están amenazadas severamente”, afirmó.


 


Chávez citó cifras de INRENA, según las cuales en el año 2000 la deforestación nacional fue de 9 millones 559,817 de hectáreas, de las que 2.5 millones lo fueron por la coca ilegal. “Por cada hectárea de coca se deforestan cuatro hectáreas de bosque, debido al fuego no controlado que destruye áreas aledañas y a la apertura de parcelas de subsistencia”, resaltó.


 


Pero no solo eso. La pérdida de bosques naturales genera también la pérdida de las funciones y servicios ambientales, como la gran biodiversidad que alberga, potencial turístico y recreacional con posibilidades de generar trabajo, belleza paisajística y valor científico y cultural que no podrán aprovecharse nunca más.


 


Laboratorios de la muerte


El biólogo recordó que los laboratorios de la droga utilizan más de 10 millones de litros de insumos químicos por año, como kerosén, ácido sulfúrico, ácido clorhídrico, que son vertidos al suelo y a los cauces de ríos envenenando la Amazonía y a los pueblos allí ubicados.


 


Según DEVIDA, entre 1,991 y el 2003 la hoja de coca ilegal permitió elaborar 3,767 toneladas de pasta lavada de cocaína, contaminando la selva con 11 millones de litros de ácido sulfúrico, 264 millones de litros de kerosén, 3.7 millones de litros de amoníaco, 0.7 millones de kilos de permanganato de potasio, y 37 millones de kilos de Cal.


 


Áreas naturales en riesgo


Chávez dijo que existen áreas naturales amenazadas por la presencia de cultivos ilícitos de coca, entre ellos los Parques Nacionales del Manu,  Bahuaja Sonene, en Cusco, Madre de Dios y Puno; la Cordillera Azul, en San Martín, Loreto, Ucayali y Huanuco; Otishi en Junin y Cusco; Bella Durmiente, en Tingo María; Yanachaga–Chemillén, en Cerro de Pasco; y el Santuario Nacional de Tabaconas-Namballe, en Cajamarca.


 


El monocultivo de coca con alta densidad de siembra- más de 300 mil plantas por hectárea- que logra hasta cuatro cosechas por año, genera un impacto ambiental negativo en el área donde se instala pues se vale de 700 mil litros de agroquímicos entre hormonas, fertilizantes, herbicidas, insecticidas y fungicidas. Todo eso contamina suelos, agua, biodiversidad y afecta la salud de la población.


 


Chávez Vásquez, quien también es Director de Medio Ambiente de INFOREGIÓN, pidió urgentemente una política firme e integral en la lucha contra el narcotráfico, y la adopción de medidas claras respecto al cultivo de la coca ilegal. Como por ejemplo la prohibición de pesticidas, el control de los insumos químicos para la producción de drogas, y la profundización de las investigaciones sobre los impactos ambientales que estas actividades ilegales generan.