Coca al peso

La mayor cumbre de políticas antidrogas en el mundo, que reúne a zares antinarcóticos y representantes de alto nivel de 54 países, se realiza la próxima semana en el principal productor mundial de cocaína: el Perú.

El plato de fondo de esta Cumbre Antidrogas, que se llevará a cabo en Swissótel de San Isidro este 25 y 26 de junio, sería la presentación de un informe de la Drug Enforcement, Administration (DEA), la agencia antinarcóticos de los Estados Unidos, que señala que el Perú ha sobrepasado, por primera vez en una década, a Colombia y Bolivia en cuanto a la producción potencial de clorhidrato de cocaína de alta pureza.

En 2010, el Perú produjo 325 toneladas métricas, en comparación con las 270 colombianas, lo que representa un aumento del 44% con respecto al 2009 y los más altos niveles desde el año 1995, refiere el documento de la DEA.

El 4% de la producción peruana, según la DEA, está destinado a EE.UU. y el resto va a Europa, Asia, África, Brasil y Argentina, en ese orden.

«Altos márgenes de ganancia han brindado fuertes incentivos a los agricultores y narcotraficantes peruanos para expandir sus actividades para ayudar a satisfacer las demandas del mercado. Perú vive un momento complicado en su lucha contra el narcotráfico», indica el documento suscrito por el jefe de la DEA, Rodney Benson y el subsecretario de Estado para el narcotráfico internacional, el norteamericano William Brownfield.

La producción de clorhidrato de cocaína tiene su correlato directo en los sembríos ilegales que han repuntado de manera alarmante en los últimos cuatro años. El informe señala que, en el país, el cultivo de coca ilegal aumentó más del 35% entre 2006 y 2010, hasta alcanzar las 61,200 hectáreas.

De acuerdo a la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), los sembríos de coca en el Perú representaron el 41% del total de la región andina, superando a Colombia (38%) y a Bolivia (19%) que juntos alcanzan el 57 % de la producción total. El porcentaje restante le pertenece a Ecuador.

La UNODC ha observado con preocupación lo que ocurre en nuestro país, pues a diferencia de Colombia y Bolivia, donde los cultivos ilegales y la producción de cocaína tienen una tendencia a la baja, aquí ocurre lo contrario.

Colombia se mantuvo en rojo hasta el año 2003, cuando de 102,000 hectáreas se redujo a 86,000 en el 2006. A lo largo de los años, se hace una constante hasta llegar a 57,000 en 2010, lo que significa una baja del 16,2%.

Bolivia, cuyo presidente es el líder cocalero Evo Morales, registró 31,000 hectáreas en el 2010 y Ecuador, 25,000 hectáreas, según la ONUDC.

Todo este sombrío panorama será expuesto por el zar norteamericano Gil Kerlikowske durante su presentación el martes 26, según fuentes confiables.

EL EFECTO GLOBO

En octubre pasado, el subsecretario de Estado para el narcotráfico internacional William Brownfield, señaló ante el Senado norteamericano que el gobierno de Ollanta Húmala ha dado «señales mixtas» sobre la cooperación antidrogas.

Se refería a la decisión del gobierno, a mediados de agosto, de suspender la erradicación de cultivos de coca por una semana, bajo el argumento de que era necesario «definir una nueva estrategia antidrogas».

El entonces jefe de Devida, Ricardo Soberón, dejó el cargo el 9 de enero de este año. Lo sucedió al día siguiente la psicóloga Carmen Masías, quien apuesta por una erradicación intensiva para derrotar al narcotráfico.

Pero los resultados siguen siendo insuficientes: en lo que va del año se han erradicado 7,000 hectáreas. Colombia ya va más de 30,000; Bolivia, 10,000.

Del mismo modo, los decomisos son del orden de las 15 toneladas de cocaína anuales, lo que representa el 7% de la producción total de coca peruana, según recientes cifras de la Dirección Antidrogas (Dirandro). El año pasado fuimos superados -una vez más- por Colombia y la verde Bolivia.

Según Rubén Vargas, experto de Inforegión, «no existe una estrategia conjunta entre los países productores de coca (Perú, Colombia y Bolivia) y esa es una de las razones fundamentales por las que el ‘efecto globo’ permanece presente».

Vargas se refiere al fenómeno que permitió que los cultivos de coca se movieran del norte de Bolivia y Perú a Colombia a fines de 1980 y comienzos de 1990, y que ahora se repite, pues desde Colombia se movieron de regreso a Perú.

Esto ocurrió por dos factores fundamentales, según Vargas. El Plan Colombia, patrocinado por EE.UU que invirtió US$ 7,500 millones en total desde el inicio del acuerdo en el año 2,000, le permitió a dicho país combinar una agresiva fumigación y erradicación de los sembríos de coca con programas de desarrollo alternativo y desbaratamiento de redes de narcotráfico.

Aquello, sumado al debilitado control de las FARC de vastas zonas rurales de Colombia y la desmovilización parcial de las bandas paramilitares involucradas en el tráfico de drogas, marcó el comienzo de la declinación.

Un segundo factor fue la disminución de la cooperación internacional en Bolivia y Perú. El año pasado, el presidente boliviano Evo Morales expulsó a la DEA y al embajador de EE.UU. en La Paz, Philip Goldberg. En el Perú el apoyo norteamericano se redujo en vista de que el grueso de la cocaína que ingresa a EE.UU. por contrabando proviene de Colombia y México.

EN EL BLANCO

Masías declaró a CARETAS que la realización de la Cumbre Antidrogas en Lima es «una iniciativa del presidente Húmala». La organiza Devida con apoyo de las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (OEA).

La agenda va a girar sobre tres temas centrales: el control de la oferta, la reducción de la demanda y el desarrollo de alternativas. La legalización de la marihuana no formará parte del debate. Hasta el momento han confirmado su asistencia 23 ministros y viceministros de Relaciones Exteriores; ocho ministros y viceministros del Interior y 25 zares antinarcóticos con rango de ministros.

Entre los confirmados aparecen ministros y viceministros de Afganistán, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras y Ecuador. Además, se espera la llegada de zares antidrogas de Afganistán, Arabia Saudita, Argentina, Costa Rica, Ecuador, Egipto, El Salvador, Estados Unidos, Filipinas, Ghana, Guatemala, India, Malasia, Paraguay y Rusia, entre otros.

Las sesiones se van a realizar en paneles de seis funcionarios, al estilo conversatorio. Al final, adelanta la jefa de Devida, se redactará una «declaración de negociación» que refleje el espíritu y producto de los acuerdos (AZ, SM).