Clan Pérez Melitón vendió droga a mafia que alquiló casa de León

Agentes de la Dirandro determinaron que el clan familiar de los Pérez Melitón, dedicados a la elaboración y exportación de droga a gran escala no solo era la principal acopiadora de cocaína del cartel de Sinaloa, sino que tendría relación con la mafia que trató de sacar las 7.3 toneladas de clorhidrato halladas en un inmueble de Huanchaco (Trujillo), alquilado por el congresista José León.

Según publica el diario La República, Saúl Pérez Melitón o Saúl Reyes Cotrina era el cabecilla, y sus hermanos Pedro Pablo y Luis Juan eran sus lugartenientes. Ellos alcanzaron tal poder en el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), que los principales carteles mexicanos se convirtieron en sus clientes.

Su sello era un delfín, y precisamente esta figura fue encontrada en parte de las 7.5 toneladas de cocaína incautadas por la policía en Trujillo en agosto. Esta versión fue confirmada al programa televisivo Cuarto Poder por el jefe de la Dirandro, general Vicente Romero Fernández.

Los agentes antinarcóticos revelaron que esta red habría acopiado y comercializado la droga al prófugo mexicano Rodrigo Torres (a) ‘Lic’, a quien se sindica como uno de los cabecillas del cartel de Sinaloa que opera en nuestro país.

Torres huyó en plena Operación Carbonero, que permitió descubrir el cargamento de droga que había sido acondicionado en carbón de piedra. Según la Policía, el clan familiar se habría encargado, incluso, de llevar el estupefaciente hasta Trujillo.

‘Lic’ tenía contactos del más alto nivel. Obtuvo en tiempo récord el cambio de calidad migratoria de turista a trabajador residente, lo que le permitió traficar cocaína a Europa a través de su empresa fachada Betas Andinas del Perú, con falsos envíos de carbón de piedra procedente de La Libertad.

También, gracias al cambio migratorio, ‘Lic’ pudo residir y dirigir su organización desde la casa en Huanchaco que le alquiló al congresista de Perú Posible José León.

La banda, refirió el general Vicente Romero, contaba con un aparato legal encabezado por el exfiscal y exjuez Carlos Alberto Gonzales Ortiz, conocido en Tingo María como “El mago”, porque recurría a distintas artimañas para que los narcos no fueran detenidos.