Cinco pueblos se encuentran aislados por destrucción de la carretera

Cinco pueblos del distrito de Daniel Alomía Robles, en Tingo María, quedaron aislados ayer luego del crecimiento intempestivo del caudal del río Pendencia, que cambió su curso y arrasó con varios metros de la carretera de penetración a esa ciudad, utilizada por los agricultores de la zona para movilizarse y realizar actividades comerciales.


 


Las constantes precipitaciones pluviales de los últimos días causaron el crecimiento de las aguas y a la medianoche del lunes el cauce del río Pendencia se desvió doscientos metros, destruyendo además plantaciones y postes de alumbrado público.  


 


Debido a ese fenómeno, los caseríos de Pendencia Alto, San Cristóbal, Cristo Pobre y San Pedro quedaron incomunicados por vía terrestre, en tanto que los productos agrícolas que diariamente eran transportados a otros mercados se pudren a la espera de una pronta solución al problema. 


 


Se estima que cerca de cien familias dedicadas a la agricultura han resultado afectadas por las lluvias torrenciales, mientras que otras han solicitado ayuda porque sus viviendas se ubican cerca del río Pendencia. 


 


Walter Silva Mariño, alcalde de Daniel Alomía Robles, recomendó a los pobladores tomar todas las medidas preventivas posibles ante cualquier signo de peligro.


 


Defensa Civil efectuó una primera evaluación de los daños, constatando los peligros y los daños ocasionados principalmente a la agricultura de la zona.


 


Autoridades del distrito de Daniel Alomía Robles solicitaron el apoyo del municipio provincial de Leoncio Prado para despejar la carretera, precisando que requieren maquinaria pesada para esa tarea. Agregaron que ellos correrían con los gastos de combustible y con la mano de obra no calificada.


 


Puesto de salud sin medicinas ni equipos médicos


 


Frente a la emergencia, la directora del puesto de salud de Pendencia, Nadia Salazar Salazar, advirtió el posible incremento de las enfermedades respiratorias entre la población afectada por el crecimiento de las aguas del río, situación que podría agravarse por la escasez de recursos logísticos, equipamiento médico y medicinas para atender a los pacientes. 


 


La funcionaria del sector Salud sostuvo que las condiciones del clima propician enfermedades crónicas como el asma, debido al uso de cocinas a leña y al humo que despiden. 


 


Otro mal es la bronquitis que suele atacar a niños menores de un año, por no saber expectorar adecuadamente y a adultos mayores de 70 años, quienes poseen menores defensas en sus organismos. La especialista no descartó casos de diarreas por la ingesta de alimentos contaminados y la falta de buenos hábitos de higiene. 


 


Debido a la falta de recursos y equipos médicos, la doctora Nadia Salazar Salazar explicó que en caso de presentarse casos de asma, bronquitis y diarrea, lo único que podría hacer su puesto de salud es estabilizar a los pacientes y derivarlos al hospital de Tingo María.