Tal como el primer día, el transporte público, el comercio, la banca y demás entidades efectuaron sus labores cotidianas, sin ser interrumpidos por los pocos agremiados a la Confederación Nacional de Productores Agropecuarios de las Cuencas Cocaleras del Perú (CONPACCP), que se hallan recluidos en su local institucional.
Algunos campesinos intentaron convocar a los pobladores de las zonas rurales, y de los pueblos jóvenes, pero sus mensajes no tuvieron eco. Apenas se realizaron dos raleadas movilizaciones, que terminaron sin actos de violencia.
La ciudad, ya disfrutando del feriado largo, se prepara para descansar y reunirse en familia, mientras algunos visitantes han llegado para alegría de los operadores turísticos, que han visto seriamente afectados sus negocios por la convocatoria al caos de la CONPACCP.