Los agricultores de pequeña escala en muchos países tropicales dependen principalmente de sus cultivos para su vida diaria, pero, con frecuencia, sin el ingreso adicional que obtienen de los bosques cercanos no podrían sobreponerse a los tiempos difíciles. Esta es la razón por la que las instituciones agrícolas y forestales deberían asociarse cuando llevan a cabo investigaciones dirigidas a determinar las actividades que serán de mayor beneficio para las comunidades y el medio ambiente, dijeron científicos del Centro para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR).
Frecuentemente la percepción es que los agricultores hacen una sola cosa: cultivar.
“Pero el cultivo o manejo de los bosques para obtener productos maderables y no maderables para fines de subsistencia y venta es bastante común. Es también una estrategia muy sensata, tanto para aumentar los ingresos como para minimizar el riesgo”, dijo Peter Kanowski, Sub Director General de CIFOR, en la Segunda Conferencia Mundial sobre Investigación Agrícola para el Desarrollo (GCARD2, por sus siglas en inglés) realizada en Uruguay. En la conferencia se habló sobre las esperanzas de un futuro en el que la innovación agrícola eleve la producción y asegure el bienestar de los agricultores de pequeña escala.
Robert Nasi, Director del Programa de Investigación sobre Bosques, Arboles y Agroforestería de CGIAR agregó: “Esto es lo que estamos implementando en nuestro programa de investigación sobre bosques, árboles y agroforestería – trabajando en conjunto con otras instituciones de investigación y socios que abarcan toda la gama de agricultura y bosques.”
Los bosques cubren un tercio de la superficie terrestre y mil millones de personas dependen de los recursos forestales para su vida diaria. Los bosques también brindan servicios esenciales a la agricultura convencional, lo que significa que el futuro abastecimiento de alimentos podría verse comprometido si la deforestación continúa a un ritmo escalonado.
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