La trata de personas es el sinónimo moderno de la esclavitud, pues afecta la libertad y dignidad del ser humano, al retener a la víctima mediante el engaño y la violencia física y sexual, y la convierte en mercancía, afirmó Alberto Arenas, director de la ONG CHS Alternativo.
El experto precisó al diario Jornada que para los delincuentes que se dedican a la trata de personas, la vida humana no vale nada, pues solo buscan lograr una alta rentabilidad en el menor tiempo posible.
“La mayoría de casos detectados son de explotación sexual”, explicó Arenas, al mencionar que también existe trata con fines laborales, pero se realiza en ámbitos privados y alejados, como fábricas o casas, donde es difícil ingresar para liberar a las víctimas.
Detalló que las personas más vulnerables en cuanto a la explotación sexual son las mujeres de entre 12 y 25 años. Asimismo, la alta vulnerabilidad es producto de necesidades económicas. Siete de cada 10 víctimas responden a falsas ofertas de trabajo, caracterizadas por baja calificación profesional y desplazamiento. Se asocia también a factores de educación e información.
Madre de Dios es conocida por actividades ilegales, que incluyen la minería. Personas informadas no se atreverían a trabajar en la zona, pero jóvenes de las provincias altas del Cusco y de Arequipa viajan allá para cuidar niños, y después se encuentran en situaciones difíciles.
Otro factor son los hogares con altos índices de violencia, en los que existen grandes distancias entre adolescentes y adultos. Una oferta de empleo constituye una alternativa para huir de la casa.
Hay diversas rutas para la trata de mujeres. Jóvenes amazónicas son trasladadas por el corredor de la costa norte (Lambayeque, Piura y Tumbes). Figura también el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), adonde van a parar las adolescentes de la selva de Pasco y Cusco.
Además, en el sur existe alta demanda asociada a la minería ilegal, principalmente en Madre de Dios, Puno y Arequipa (Islay).
“En zonas mineras hay gran concentración de varones con dinero, y una oferta de licor y mujeres”, subrayó Arenas.
En La Rinconada (Puno), localidad ubicada a 5,000 metros sobre el nivel del mar, existen cerca de 2,500 adolescentes bolivianas en situación de trata. “Hay presión del vecino país para solucionar esta situación”, anotó.
Dicho panorama se explica porque en Madre de Dios los mineros vienen de todo el país y demandan jóvenes amazónicas, mientras que en Puno solicitan personas que puedan resistir estos climas.
En Madre de Dios debe haber entre 2,000 y 2,500 mujeres en situación de trata, y en La Rinconada un número simila.