Desde que desembarcó el gigante asiático en la región latinoamericana no ha dejado consolidarse. El voraz apetito de China por las materias primas para alimentar su proceso industrializador ha convertido a este país en el consumidor de cobre más grande del mundo. En América Latina existen más de 40 concesiones a empresas chinas, y dentro de la región Perú es una de las perlas mineras. China acapara más del 35% de la inversión minera en el Perú, por encima de Estados Unidos y de Canadá.
El primer país al que viajó Pedro Pablo Kuczynski cuando fue elegido presidente fue a China, sin duda, este lejano país es un socio comercial estratégico para Perú, muestra de ello es que es uno de los pocos países de la región latinoamericana que cuenta con un Tratado de Libre Comercio con la nación asiática y mantienen 18 convenios bilaterales solo en el marco de la reunión de APEC de noviembre pasado.
Durante la última visita del Presidente chino, Xi Jinping, a América Latina, Perú fue uno de los países visitados donde se firmó, además, el primer acuerdo ambiental de China en toda la región latinoamericana. “Bien podría ser que una de las razones de que este acuerdo se haya firmado con Perú sea porque China siente que debe mostrar que tiene un compromiso ambiental y social con el ambiente y las comunidades que están siendo afectadas por sus inversiones en el sector minero”, precisa Paulina Garzón, directora para la Iniciativa de Inversiones Sustentables China-América Latina.
El último reporte de enero de 2017 del MEM declara que las empresas chinas tienen comprometidos 10 189 millones de dólares de inversión, en siete yacimientos mineros en el Perú, principalmente de cobre: Pampa de Pongo (Arequipa), Galeno (Cajamarca), Don Javier (Arequipa), Explotación de Relaves (Ica) y Río Blanco (Piura), así como las ampliaciones de Toromocho (Junín) y Marcona (Ica), además del multimillonario proyecto Las Bambas (Apurímac). A febrero de 2015, la inversión minera en Perú superó los 22 mil millones de dólares.
Las reglas de la inversión mineras, en el punto de mira
De acuerdo a un informe elaborado por la Universidad de Boston («China en América Latina»), el aumento de esta inversión ha ido de la mano del incremento del conflicto social y medioambiental. A pesar de que los bancos y empresas chinas han adoptado varias directrices ambientales y sociales para los préstamos e inversiones en el exterior, esta implementación ha sido nula o muy débil.
«La aplicación de estas directrices podría representar una oportunidad para las poblaciones donde se desarrollan los proyectos mineros con participación china ya que coadyuvarían a que respeten los derechos de las poblaciones», declara Julia Cuadros, especialista de CooperAcción.
“China ha hecho un esfuerzo por tener elementos avanzados en temas que son muy importantes como la consulta informada previa, el manejo de evaluación de riesgos ambientales, el crear plataformas de información y de comunicación con las comunidades locales. El gran desafío que tenemos de aquí en adelante es cómo lograr que estos aspectos se vuelvan parte de la práctica diaria de las empresas chinas”, sostiene Paulina Garzón.
La especialista subraya que a pesar de que no tienen carácter obligatorio, su incumplimiento tiene impactos en su capacidad de obtener crédito y a autorizaciones de las propias entidades chinas para continuar realizando proyectos en el exterior.
El proyecto minero Las Bambas ha sido propuesto como un proyecto “piloto” para la implementación de los estándares chinos desde febrero del año pasado. Este multimillonario proyecto, operado por la minera MMG, formará parte de los 10 proyectos piloto alrededor del mundo que la Cámara de Minería ha previsto como parte de un proyecto.
“Nos gustaría que el proyecto minero Las Bambas se incorpore a estos estándares socioambientales. Esta minera no ha logrado una relación armoniosa con las comunidades. Es importante que se retome como agenda prioritaria el tema medioambiental, la responsabilidad social de la empresa y de derechos humanos” declara Rodolfo Abarca, presidente del Frente de Defensa de los Intereses de Cotabambas.