Restos de carne, verduras, frutas y hasta cáscaras de papa, entre otros desechos que acaban en la basura de los europeos podrían convertirse en materia prima para la producción de bioplásticos. Tal es el objetivo de una iniciativa del Séptimo Programa Marco de la Comisión Europea que busca usar los residuos orgánicos municipales para generar biopolímeros, base de los bioplásticos.
El uso de bioplásticos es cada vez mayor. Se trata de una alternativa real ante los plásticos convencionales, elaborados con derivados del petróleo y, por tanto, muy contaminantes. La industria de los bioplásticos ha crecido un 20%, según los datos de European Bioplastics, una asociación que representa los intereses del sector.
Los bioplásticos representan el 1% de la producción mundial, que está en torno a los 250 millones de toneladas al año, según Álvaro Estrada del Departamento de Información Técnica del Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS).
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