Captan diálogos entre narcos peruanos del Vraem y pilotos brasileños de narcoavionetas

Grabaciones de voz y mensajes de texto grabados en seis teléfonos celulares encontrados en un escondite cercano a una pista clandestina de narcovuelos, ubicada en la localidad de Quimaro Alto (Río Tambo, Satipo, Junín), demuestran que las organizaciones de narcotraficantes peruanos, brasileños y bolivianos han comenzado a sentir los efectos de la  sistemática voladura de aeródromos desde donde despachan vuelos con droga al extranjero.

«Bueno, pata, ¿para cuándo usted va a averiguar bien lo de la pista?», le pregunta un narco brasileño a otro peruano conocido como «Negro Barboza», según un mensaje de texto.

«Mañana temprano voy a estar en Ayacucho», le contestó el peruano.

«Okey, pata», accedió el brasileño.

«Lo que yo le hablo es 100 por ciento (seguro), amigo. Hoy otro amigo quedó en ayudarme con otra cancha (pista)»,  le explicó «Negro Barboza».

«Okey. Estoy cagado, ayúdeme, pata, por el amor de Dios. Gracias», le pidió el brasileño al peruano.

CONTACTO NARCO

El narco extranjero estaba en problemas porque la pista donde iba a cargar su avioneta con droga había sido destruida por las fuerzas peruanas de seguridad.

«Tranquilo, yo nunca abandono a mis amigos», le dijo el peruano.

«Estoy cagado porque no tengo una pista allá», le contó el brasileño.

«¿Qué pasó con tu pista?», le preguntó el «Negro Barboza».

«Mi pista la reventaron, amigo», le explicó.

«¡Mierda!», replicó el peruano.

«Por eso estoy listo contigo»,  respondió el brasileño.

«Estoy de salida para resolver de una vez este problema», apuntó «Negro Barboza».

«Ayúdame. Estoy confiando en ti», concluyó el brasileño.

El diálogo grafica las dificultades que afrontan los narcotraficantes con la andanada de operaciones de inhabilitación de pistas clandestinas que han desatado las fuerzas del orden. Las mafias peruanas, ante el creciente control de la salida de la droga del Vraem por vía terrestre, optaron por trasladar el cargamento a aeródromos clandestinos en Satipo (Junín), Oxapampa (Pasco) y Puerto Inca (Huánuco), desde donde parten los vuelos a Bolivia y Brasil.

En octubre del año que pasó en el valle del Pichis-Palcazu, en Oxapampa, las fuerzas antidrogas iniciaron la voladura de pistas clandestinas. En esa ocasión quedaron fuera de servicio 57 instalaciones. Y en diciembre último, fueron inutilizadas 20 pistas en el Vraem. Y ahora en los primeros días de enero, en Satipo, fueron afectados 12 aeródromos más.
Esto explica la desesperación de los narcotraficantes.

En el siguiente diálogo entre el narcotraficante peruano «Mateo» y otro brasileño no identificado se refieren a la urgencia de rehabilitar pistas destruidas por las fuerzas antinarcóticos.

«Amigo, te mando la foto que mandó el dueño de la mesa (pista)», le dijo «Mateo» al brasileño, en alusión a una toma del aeródromo que estaba habilitando para sacar droga.

«Aquí hay un tipo que habla sobre una mesa que estará lista más rápido. Solo le faltan unas pocas cosas para terminarla», contestó el brasileño.

«Si quieres te mando más foto de la mesa», le contestó «Mateo».

«¿Para cuándo va a estar preparada la pista?», le preguntó el brasileño».

«Pronto. Te mando las fotos», le dijo.

En los celulares encontrados por la policía antidrogas, efectivamente, había fotografías de las pistas clandestinas, información vital para que los pilotos puedan guiarse.

También fueron halladas imágenes («selfies») que se tomaron los propios pilotos brasileños de las avionetas que incursionan en territorio peruano para recoger la droga. Las autoridades se encuentran en pleno proceso de identificación de los «narcopilotos».

Las autoridades estiman que al menos seis vuelos con droga salen a la semana con destino a Brasil y Bolivia.

EN CIFRAS

350 kilos de droga puede trasladar una avioneta.

6 horas es la duración de un vuelo del Vraem a Bolivia.

4 avionetas fueron capturadas en el 2013.

89 pistas han sido destruidas entre 2013 y 2014.