El Consorcio Camisea entregó en los últimos 15 años más de US$ 8,000 millones en regalías, monto que representa cerca del 0.5% del PBI nacional, significando un aporte económico fundamental para el desarrollo económico y social del país.
Hace exactamente 15 años, el Perú tomó una de las decisiones más trascendentales para el desarrollo energético del país: se inició la explotación del yacimiento de Camisea, la reserva de gas natural más grande del país y una de las más importantes del continente.
La explotación del gas natural, considerada la fuente de energía más limpia, menos contaminante y con menor contenido de carbono de todos los combustibles fósiles, ha tenido un impacto positivo porque ha permitido un cambio en la matriz energética del Perú, pues el 40% de la energía eléctrica de Perú se genera en base al gas producido en Camisea.
El beneficio de su producción ha impactado directamente en la economía familiar de los peruanos porque el gas natural es 57% más económico que la gasolina y 50% más que el diésel.
Si bien desde el 2004, año en que comenzó la comercialización del gas natural, el Perú ha dejado de emitir al ambiente más de 50 millones de toneladas de CO2 gracias al uso de un combustible más limpio, el beneficio de este yacimiento ha ido mucho más allá del ambiental y energético.
Entre el 2004 y 2018, Camisea se convirtió en la principal fuente de gas natural del país, con una producción de 5.6 millones de pies cúbicos de gas; y 345 millones de barriles líquidos de gas natural, se informó a INFOREGIÓN.
El aporte social del proyecto va más allá del monto entregado por regalías o de su producción. En estos 15 años, el gas de Camisea generó más de US$ 30,000 millones en ventas, creó 44,000 empleos directos e indirectos e invirtió más de US$ 5,000 millones,además de la inversión en RSE y los programas de desarrollo que benefician a las poblaciones ubicadas en sus zonas de influencia.