El Comercio. Monseñor Pedro Barreto Jimeno, arzobispo de Huancayo, bailó y cantó como ningún otro prelado lo había hecho hasta el momento en el departamento de Junín. El motivo valía la pena. Era la fiesta del plantado de árboles o Sacha Talpuy, una celebración que ha comenzado a ganarle la guerra al cortamonte, y que busca proteger el valle del Mantaro, que todos los años es depredado durante los carnavales.
El prelado también bailó de alegría porque la Municipalidad Provincial de Jauja aprobó una resolución que dispone que los padrinos de cada cortamonte están obligados a plantar diez árboles por cada ejemplar que talan.
La orden municipal empezó a cumplirse con la fiesta del plantado de árboles, en la que participaron el arzobispo, el alcalde de la provincia de Jauja y los padrinos. Con ello se consolida una costumbre que hace tres años inició la asociación Canto Vivo, presidida por Jesús Véliz Ramos y la conocida cantante del folclor nacional Nelly Munguía.
Al compás de las melodías de una orquesta típica, una veintena de varones con las camisas remangadas y una manta cruzada en el pecho bailaron de Jauja hasta el anexo de Huasquicha a fin de traer el árbol para la yunsa de la tarde. Pero antes de cortar un frondoso eucalipto plantaron diez ejemplares de la misma especie en su reemplazo.
El sociólogo Washington Mori Andrade, secretario de la Mesa de Diálogo Ambiental de la región central, consideró muy positivala respuesta al Sacha Talpuy. Se instauró hace tres años y ahora se afianza con un propósito pedagógico, como el que se realizó el domingo en el barrio San Isidro de la localidad de Jauja.
La fiesta en detalle
El Sacha Talpuy se ha convertido en un ritual que se inicia muy temprano, al compás de las tonadas de los tinyeros, huajleros y pututus en las cuatro esquinas de la plaza principal de cada poblado de Jauja.
Luego de la misa, en la que se bendicen los plantones, las autoridades o los encargados de la fiesta convidan el desayuno típico de sopa de maíz con carne, bollos recién horneados y café, para luego proceder a la siembra de los arbolitos que reemplazarán a las especies que servirán para las tradicionales yunsas.
Este año se sembraron más de mil especies de eucalipto, pino, quinual, ccolle, ciprés, para luego de almorzar y beber chicha tras la faena, bailar, jugar carnaval con talco, ortiga y serpentina.
Los primeros árboles fueron plantados por monseñor Pedro Barreto Jimeno y una niña. El alcalde Alejandro Barrera Arias también imitó la acción junto a una joven ingeniera, mientras cantaban los acordes de un hermoso verso: “Bordan esperanzas de vida, los árboles con sus verdes hojas, sol, tierra, agua hacen bello y dulce nuestro paraíso, con pureza de brisa amorosa qué dulzura nuestra tierra Jauja”.
La frase
Es necesario reemplazar los árboles que se cortan porque los bosques ayudan a combatir el cambio climático y la escasez de agua
PEDRO BARRETO. ARZOBISPO DE HUANCAYO
Las cifras
15.000 árboles han sido plantados en las localidades de Orcotuna, Masma, Jauja, Paca, de las provincias de Concepción y Jauja. En estos lugares es muy común la celebración de los carnavales.
7.000 pinos, de la variedad radiata, fueron plantados en un solo día durante la fiesta de Sacha Talpuy, en el distrito de Masma Chinche, provincia de Jauja.
120.000 hectáreas se ha propuesto reforestar la Municipalidad Provincial de Jauja en los próximos años.
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