Pese a la millonaria campaña a favor, los californianos dijeron no a la legalización de la marihuana en ese Estado, pero seguirá siendo una droga autorizada en California siempre que se emplee con fines medicinales para tratar dolencias que van desde el insomnio hasta el cáncer.
La propuestas 19 hubiera legalizado por enmienda constitucional que cada ciudadano mayor de 21 años pudiese cultivar dos metros cuadrados de marihuana y poseer hasta 28 gramos para uso personal.
Señala además que se podría haber consumido en propiedad privada siempre y cuando no hubiera niños presentes. Además, hubiera permitido a las ciudades y condados de California regular el cultivo y la venta de esa sustancia, con la subsiguiente imposición de impuestos y generación de ingresos para el Estado.
En la contienda política, los partidarios de la legalización superaron ampliamente en publicidad a los oponentes. La campaña a favor de la legalización recibió tres millones de dólares. La mitad los donó el empresario Richard Lee, que tiene un negocio de venta de marihuana para uso médico. El multimillonario George Soros también donó un millón de dólares a la misma causa, pero no lograron movilizar a los votantes menores de 25 años, los más favorables a la medida.
En tanto, la campaña en contra de la legalización recaudó 315.000 dólares en donaciones privadas, aparte de otros 250.000 dólares que donó la Cámara de Comercio de California para anuncios radiofónicos.
La Propuesta 19, popular entre los jóvenes y el colectivo demócrata, perseguía equiparar la marihuana con el tabaco y el alcohol lo que hubiera implicado regular su cultivo, comercio y consumo para mayores de 21 años en ese Estado.
El multimillonario financiero George Soros, argumentaron que su aplicación hubiera supuesto una importante fuerte de ingresos para las arcas públicas y una reducción de los costos derivados de arrestos asociados al cannabis.
En tanto los críticos entendieron que las razones económicas no son suficientes para convertir la marihuana en un producto de consumo más y consideraron que la legalización conllevaría más adicción, mayor riesgo de accidentes asociados por al abuso de la droga y más fácil acceso al cannabis para los jóvenes.
Diversos estudios habían cuestionado además el efecto que hubiera podido causar al narcotráfico la despenalización de la marihuana en California.
En esa misma línea se manifestaron los mandatarios latinoamericanos y socios de EEUU en la lucha contra los cárteles de la droga en el continente, que calificaron el referendo de legalización del cannabis como “incongruente” con los esfuerzos para acabar con el tráfico de estupefacientes.
También en Dakota del Sur y Arizona
Además de la propuesta de California, dos iniciativas a favor de regular la marihuana, en este caso solo bajo prescripción facultativa, pasaron por las urnas en Dakota del Sur y Arizona, donde no prosperó
Actualmente 14 estados de Estados Unidos y Washington DC autorizan la marihuana como tratamiento médico.