CAJAMARCA. Desde hace más de cinco años los Bosques Montanos y Páramos de Jaén y Tabaconas, así como los Bosques Secos del Marañón, son parte de un proceso que busca que ambas zonas, ubicadas en la región Cajamarca, sean consideradas Áreas de Conservación Regional (ACR) para proteger miles de hectáreas de bosques y cientos de especies.
“Si bien, dicho proceso ha sido largo y ha pasado por muchas instancias gubernamentales, la propuesta podría hacerse realidad porque los expedientes ya se encuentran en la etapa final para que sean aprobados por la Presidencia del Consejo de Ministros”, refiere Mesías Guevara, presidente del gobierno regional de Cajamarca.
“Cajamarca es una de las regiones que cuenta con una gran biodiversidad y en ambas propuestas existe riqueza cultural, social, económica que, sumada a la importancia ecológica, los convierte en lugares importantes para su protección, asegurando la provisión de los servicios ecosistémicos que brindan y el bienestar de las poblaciones”, indicó Katty Carrillo, especialista en áreas naturales de Naturaleza y Cultura Internacional.
Bosques Montanos y Páramos de Jaén y Tabaconas
Esta zona tiene una extensión de más de 31 000 hectáreas y se ubica en las provincias de San Ignacio y Jaén, distritos de Tabaconas, San José del Alto, Chontalí y Sallique. De aprobarse la propuesta, se convertiría en el área natural protegida con mayor extensión de páramo cuya amplitud equivale a más de 8000 hectáreas.
La iniciativa de establecer esta ACR tiene como objetivo principal conservar una muestra representativa de las ecorregiones de los Bosques Montanos Occidentales de los Andes del Norte, Cordillera Real Oriental y Páramo. La creación de esta área ayudará a mantener el equilibrio ecológico y proteger a especies únicas en el mundo, a través del uso sostenible de los recursos naturales e iniciativas que ayuden a mitigar el cambio climático.
Asimismo, esta zona representa una riqueza biológica muy importante. Aquí se han registrado 256 especies de aves, más del 25% de las especies de aves de todo el Perú. Además, Los Bosques Montanos y Páramos de Jaén y Tabaconas son el hogar de ocho especies de anfibios, 31 especies de mamíferos, seis especies de reptiles y 519 de flora.
El área representa el hábitat seguro para especies como el tapir de montaña (tapirus pinchaque), categorizado como especie amenazada en peligro crítico; así como para el árbol de la quina (Cinchona officinalis), representada en nuestro escudo nacional como riqueza natural.
Los Bosques Secos del Marañón
Ubicados en el curso medio del río Marañón, es una isla biogeográfica que se encuentra rodeada por cadenas montañosas con bosques húmedos. La cordillera central de los Andes actúa como una barrera que contiene a las nubes y la humedad atmosférica proveniente de la Amazonía, generando el efecto conocido como “sombra de lluvia”.
Estas condiciones han generado que, en un espacio relativamente pequeño de 2,293,549 hectáreas, se configure la ecorregión de bosques secos con los índices de endemismo de especies de flora y fauna silvestre más altos del Perú. Muchas de estas especies endémicas solo se encuentran en ciertos sectores de estrechos rangos altitudinales del valle, por lo que esta ecorregión es considerada parte del hotspot de biodiversidad Andes Tropicales como un epicentro mundial de la biodiversidad.
En las últimas evaluaciones de flora y fauna de la propuesta de ACR, que se ubica en los distritos de José Sabogal y Sitacocha, provincia de San Marcos y Cajabamba; la cual tiene como finalidad proteger y conservar 21, 794.71 hectáreas de bosque seco del Marañón, se han identificado 65 especies de flora de las cuales 30 son endémicas del valle del Marañón, es decir que solo se encuentran en estos bosques, se informó a INFOREGIÓN.
Asimismo, se han reportado 55 especies de aves, nueve de ellas endémicas; cuatro especies de reptiles, de las cuales dos son endémicos y un anfibio endémico. Además, alberga especies únicas a nivel nacional y mundial como Parkinsonia peruviana categorizada en estado de amenaza crítico(CR); Incaspiza laeta, en preocupación menor (LC); Forpus xanthops, vulnerable (VU); Phacellodomus dorsalis, casi amenazada (NT); Ameiva aggerecusans, casi amenazada (NT); entre otras. Sin embargo, la diversidad de flora y fauna podría aumentar, ya que el lugar constituye un importante espacio para la investigación.