“Pradinos conservando el suelo y agua con aliso y sauco”, es el nombre de la iniciativa implementada por el Proyecto Merese-FIDA del Ministerio del Ambiente (Minam), para impulsar la conservación de las especies nativas de árboles que ayudan a retener el agua que cae de las lluvias en el distrito El Prado, de la provincia de San Miguel en Cajamarca. Esta intervención se inició el año 2018 y fue ejecutada por los miembros de la “Asociación de Productores Agropecuarios Sol del Prado”, del mencionado distrito.
Para efectuarla, se organizaron a través de una práctica ancestral que viene de los tiempos del Incanato, conocida como la minga, que es el trabajo colectivo en busca del bien común. “Trabajamos cerca de 47 días para hacer los hoyos, la siembra de la plantación y de los pastos bajo el sistema llamado minga. Gracias a Dios nos fue muy bien”, dice Yone Malca Serrano, presidente de dicha asociación. Así lograron preservar sus “colchones de agua”, como ellos llaman a los ecosistemas naturales que los ayudan a conservar el agua.
Conservadores de humedad en riesgo
En la zona de El Prado se encuentran ecosistemas importantes como pastos y bosques nativos, que albergan distintas especies de flora y fauna, y que son los principales conservadores de humedad. “El agua nace en la cabecera del prado y va discurriendo dentro de sus quebradas y acequias, baja por la localidad de Tembladera hacia el pueblo de Quindén”, dice Flor Sánchez Tello, miembro de la asociación, para explicar el recorrido del recurso hídrico.
Hubo un tiempo en el que la cobertura vegetal y arbórea de la zona estuvo en peligro, debido a la agricultura y descontrolada ganadería. También disminuyeron los animales silvestres como el gorrioncillo, la gallareta y la vizcacha, entre otros, y las especies forestales como alisos y saucecillos. Sin embargo, en el marco del trabajo conjunto que se realizó con el Minam, a través del Proyecto Merese-FIDA, se definieron los objetivos y compromisos que los miembros de la asociación estaban dispuestos a cumplir, reconociendo que el agua es el principal recurso que deben cuidar para preservar su vida, la de sus animales y también la de los pobladores de la parte baja de la que cuenca Jequetepeque.
Los árboles llaman al agua
Gracias a los trabajos de conservación y recuperación de los pastos, se ha incrementado la producción lechera en la zona. “Ahora nuestras vacas están gordas y producen bastante leche. También tenemos bastantes cuyes que criamos”, señala Silvia Romero. Al tener mejores pastos en sus chacras, los animales ya no salen a buscar alimentos en las zonas aledañas a los humedales y no dañan el ecosistema. “El agua ha aumentado bastante en la zona, pero nosotros debemos seguir sembrando porque los árboles llaman al agua”, añade Silvia, quien sabe que la vegetación ayuda a mantener el agua necesaria para las poblaciones, tanto de la parte alta como la parte baja de la cuenca.
Miguel Rodas, otro miembro de la asociación, está seguro de que en algunos años los pobladores de El Prado recibirán apoyo de las poblaciones de la parte baja, pues hoy está en camino un acuerdo de conservación (Merese) entre ambas partes, lo que permitirá retribuir a los pobladores pradinos para el cultivo de pasto y la reforestación de la zona en la parte baja. El propósito de la iniciativa es conservar y recuperar 67 hectáreas de bosques nativos y 34 hectáreas de pastos altoandinos, a través de sistemas silvopastoriles ubicados en las parcelas de los miembros de la citada asociación. También se puso especial énfasis en el cultivo de macizos forestales con especies nativas de aliso y sauco en los bosques deforestados. Asimismo, los miembros de la asociación se han comprometido a conservar 280 hectáreas de bosque nativo en pie.
Sistema silvopastoril
El sistema silvopastoril es la integración de árboles, forraje y el pastoreo de animales domésticos, de manera que beneficie a todas las especies. Esta práctica, además de conservar el agua, permite obtener pastos de buena calidad para alimentar a los animales y protegerse del sol bajo la sombra de los árboles, informó el Minam a INFOREGIÓN.
Para reforestar la zona se sembraron 51.50 hectáreas de macizos forestales con especies nativas de alisos y sauco en los linderos. Como parte del proyecto, los comuneros fueron capacitados en técnicas de producción forestal (viveros), diseño y siembra de plantones, manejo de plantaciones como el deshierbo, abonamiento y recalce, entre otros. Asimismo, fueron instruidos en conservación de suelos y producción de abonos orgánicos para el enriquecimiento de los mismos. Cabe señalar que la capacitación a las mujeres incrementó la mano de obra para los trabajos que anteriormente solo realizaban los hombres.
El dato
El Proyecto Merese-FIDAdel Minam ha beneficiado a 1510 familias en los distritos de intervención directa y a 732 000 personas por el servicio ecosistémico hídrico en los ámbitos de las cuencas Cañete y Jequetepeque, iniciativa que ha sido reconocida como Buena Práctica en Gestión Pública 2020.