CUSCO. «De mi familia, soy la tercera generación que continúa con la producción del café. Mis abuelos producían café. Yo aprendí de mi padre. Yo vengo trabajando en este campo desde hace más de 20 años. Empecé a los 16. Cada año nos capacitamos, averiguamos qué variedades son las mejores. Es un mundo bien bonito. Hoy trabajo en familia: con mi padre, con mi madre, y mi esposa que ve el tostado del café».
Quien se expresa así es el caficultor Dwight Aguilar Masías, quien se alzó con el triunfo en la Taza de Excelencia Perú 2021, una de las principales actividades de la V Feria Internacional de Cafés Especiales- Ficafé 2021, que en este año se desarrolló en la localidad cusqueña de Quillabamba. Este 2021, Aguilar repitió el plato, pues había ganado en el mismo concurso que reconoce al mejor café peruano en el 2018, hecho que lo convierte en el primer productor en ganar dos veces el prestigioso premio.
Este logro «nos llena de alegría porque se hizo un buen trabajo durante todo este año», nos dijo el laureado caficultor por el hilo telefónico. Seguidamente detalló el proceso para alcanzar un producto competitivo que comprende la buena capacitación de colaboradores para la cosecha, una buena selección de cerezos de café, la realización de varias pruebas de fermento, unas exigentes pruebas de cata, etc. Así logro presentar un café de la variedad Geisha que alcanzó los 90.20 puntos, que le garantizó el triunfo.
Recordó que en certamen del 2018 ganó con un puntaje más holgado frente a sus más cercanos competidores del que se registró en este año. A modo de reflexión, consideró que «cada año los productores van mejorando la calidad de sus productos», y de esa manera se van haciendo más reñidas las competiciones. Y ello le plantea retos al futuro, por ello nos dijo que «para volver a ganar en los próximo años, necesitaremos más esfuerzo, más conocimientos, más empeño».
La finca donde Aguilar realiza sus cultivos se llama Nueva Alianza y está en el distrito de Santa Teresa, en la provincia cusqueña de La Convención. «Santa Teresa es una tierra muy linda, con topografía accidentada. Gozamos de varios pisos ecológicos para la producción del café: desde 1500 hasta 2200 m.s.n.m. Allí tenemos cultivos de café de las variedades Borbón, Caturra, Típica, Geisha. Santa Teresa también destaca por producción granadillas, paltas, etc», detalló a INFOREGIÓN.
«La finca la llevo en mi sangre, porque gracias a ella aprendo muchas cosas. Gracias a ella alcanzamos el desarrollo económico», nos dijo con orgullo al consultársele sobre lo que significa su vida en el campo. La finca Nueva Alianza tiene unas 30 hectáreas, siete de ellas están dedicadas al café, y del que cultivan varierades como Borbón, Típica, Geisha y Costa Rica 95. El porcentaje restante de la finca se orienta a cultivos de yuca, hortalizas, etc, labor a la que están dedicados otros miembros de su familia.
«También tenemos la marca que se llama Dwight Coffee, que más que nada lo ve mi esposa. Yo más que nada estoy involucrado en lo que es el trabajo en la finca desde el amanecer hasta el anocher», nos comentó Aguilar, quien valorando los logros alcanzados lanzó este mensaje: «Animo a los jóvenes a incursionar en el cultivo del café, pues trae mucha sabiduría, y sobre todo un corazón». Seguidamente, recordó el apoyo brindado por Devida que se ha orientado al fortalecimiento del café especial, impulsando eventos, entre otras iniciativas.
Finalmente, refirió que el sector enfrenta retos que plantean el cambio climático, las sequías y heladas. Recordó que es necesario extender riegos y la orientación técnica para más productores. En ese sentido, hizo un llamado a las autoridades involucradas para brindar más apoyo al sector, pues el café genera empleo y divisas para el país.