Productores de café y cacao del Valle de los Ríos Apurímac, (Vrae) advirtieron que ante los abusos que funcionarios de la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat) vienen cometiendo contra ellos, mediante acotaciones por operar al amparo de la legislación cooperativa vigente durante más de 43 años, se verán obligados a dejar estos cultivos, y optar por la coca para sobrevivir, toda vez que los operadores de esta cadena que termina en el narcotráfico no son fiscalizados como los cafetaleros.
El presidente de la Cooperativa Agraria Cafetalera Valle Río Apurímac (CACVRA), Adrián Aréstegui, informó que en una reciente asamblea realizada en la localidad de San Francisco, en la que participaron delegados de diversos anexos y comunidades, los productores exigieron a los dirigentes suspender los tratos con la Sunat, que cada 48 horas los conmina telefónicamente a pagar 1 millón 800 mil soles, por acotaciones y multas.
“Ya pagamos más de 700 mil soles a la Sunat, la cual nos debe como 600 mil soles por crédito fiscal, pero quieren ahora que les paguemos 25 mil soles mensuales, hasta cubrir una supuesta deuda de 1 millón 200 mil soles. Los campesinos se cansaron de esta presión y los dirigentes nos debemos a los socios. Nos exigen no dar ni un sol más a la Sunat” expresó.
Agregó que ellos siempre han preferido el café y el cacao para sacar adelante a sus familias, incluso soportando los ataques del terrorismo y el narcotráfico. “Sin embargo, el Gobierno, en lugar de apoyarnos en esta solitaria lucha, hace todo lo posible por desaparecernos. Nos duele en el alma esta situación, y por eso advertimos que no les quedará alternativa sino cultivar coca”, alertó.
Al borde de la quiebra
El dirigente cafetalero señaló que la Sunat califica al reintegro que realizan a sus socios al final del año, como si fuera fraude, para no pagar impuestos del 30%, desconociendo que estos abonados corresponden a la naturaleza del Acto Cooperativo.
Explicó que además los han multado por no haber aplicado la bancarización de los pagos y reintegros a los socios de las cooperativas, sin tomar en cuenta de que en el Vraem sólo existe el Banco de la Nación, que limita su función al pago de los empleados públicos y para recibir giros.
“La única forma de aplicar la bancarización aquí es que los pequeños productores tengan que viajar, como mínimo ocho horas desde la zona de producción hasta Ayacucho. Hemos invitado varias veces a los funcionarios de la Sunat a visitarnos para que conozcan la realidad, pero no quieren llegar hasta esta parte del país. Somos los más olvidados”, dijo.
Precisó que estas acotaciones generaron el congelamiento de sus cuentas, el bloqueo del acceso a créditos para el acopio y servicios del café, la imposibilidad de contar con fondos de la cooperación internacional, limitando la comercialización del grano aromático.
“Esto obligó a los productores a vender el café que ya tenían a los intermediarios, provocando una caída en el precio: de 8 soles bajó a 5 y hasta 3 soles. Eso solo favorece a los grandes comerciantes. ¿Así hablan de inclusión social? ¿Así quieren ganarle al narcoterrorismo?”, inquirió.
Denunció que si bien el gobierno anunció el Plan Vraem con bombos y platillos, no se aplica eficazmente en la zona, pues los créditos para fertilizantes llegan tarde y a intereses altos y se ha contratado técnicos de ongs vinculadas a empresas de comerciantes, que no tienen prioridad el desarrollo de la pequeña caficultura.
“Esta situación hace que la coca le esté ganando al café. El combate al narcoterrorismo no debe ser sólo de carácter militar o policial, sino reconstruyendo el tejido social empresarial de los pequeños productores. Sin la confianza de los productores de café y cacao, no funcionará nada”, aseguró.