Una urgente acción para enfrentar la recesión agraria que perjudica a los pequeños productores del país -que implica el 95% del sector agrícola y que forma parte del grupo de pobreza y pobreza extrema- demandaron dirigentes de organizaciones cafetaleras de diferentes regiones del país. Para ello exhortaron al Gobierno a un diálogo para consensuar medidas prioritarias.
El gerente de la Junta Nacional del Café (JNC), Lorenzo Castillo, explicó que los últimos reportes oficiales de producción agropecuaria (enero-setiembre 2014) advierten que el PBI agropecuario creció solo 0.93%, principalmente por el sector avicultura -sostenida por insumos importados-, mientras que la agricultura tuvo un decrecimiento de -20%, siendo el café el más afectado (-23%), seguido de la cebolla (-9.40%), arroz (-8.46%) y maíz amarillo (-5.70%).
Precisó que esta situación coloca en una severa crisis a miles de productores agropecuarios, colocando en riesgo la salud alimentaria de sus familias, pues, por ejemplo, el costo de producción de las familias cafetaleras es negativo, pero lamentablemente no se incluye en el análisis económico para la toma de decisiones.
Indicó que esta situación se ha generado a consecuencia de la suma de una serie factores, como la falta de tecnología básica, sobrecostos crecientes de insumos, cara y escasa mano de obra, limitado acceso a fondos de capitalización, y ausencia de una institucionalidad público-privada, entre otros. Por lo que demandó al Gobierno que incluya el sector agrario en el paquete reactivador.
“En el caso del café tenemos que elevar el promedio de producción en 400 por ciento, y llegar a 1,600 kilos por hectárea si queremos darle sostenibilidad a la caficultura. Y eso significa inversión en créditos, formación de técnicos y capacitación a los productores. Para ello tenemos que hacer una alianza público-privado”, señaló.
Castillo recordó que la caficultura, de la que dependen más de dos millones de peruanos, ha sufrido un gran retroceso, pues este año apenas se ha recogido 4 millones 300 mil quintales, muy lejos del record obtenido en el 2011, en el que se cosechó 7 millones 200 mil quintales. “Esto equivale a una caída de -40% y una pérdida de 1,054 millones de nuevos soles”, advirtió.
Remarcó que esto es producto de las secuelas del cambio climático que afecta la producción, generando incertidumbre y una fuerte inestabilidad social, así como a los problemas de acceso a capitales para inversión. Expuso que esto facilitó la plaga de roya, que ha dañado 260 mil hectáreas (61% del área cafetalera). Advirtió que por ello, no se puede seguir atacando el problema solo como un tema fitosanitario, sino con un enfoque integrado, de lo contrario seguiremos retrocediendo.
El gerente de la Central de Cooperativas del Valle de Sandia (CECOVASA), Javier Cahuapaza -cuyo café ha ganando numerosos concursos nacionales e internacionales por su calidad-, informó que este año la producción de café bajó en 80% debido e la plaga de roya. Alertó de que en vista de este problema se ha incrementado la producción de coca en la región.
Por su parte, el productor y ex presidente de la Cooperativa Agraria Cafetalera Valle Río Apurímac (CACVRA), Adrián Aréstegui, comentó que algo similar está ocurriendo en la zona, por lo que requieren de medidas urgentes para no dejar que se fortalezca la economía ilícita. Indicó que la reconversión agraria no está funcionando porque están sembrando plantas sin tomar en cuenta su calidad en taza, informó la JNC a INFOREGIÓN.
Ante ello, los cafetaleros instaron al Gobierno a sentarse en una mesa de trabajo a concertar un fondo especial que tome en cuenta la renovación de unas 50 mil hectáreas el próximo año a través del fondo Agroperú, asociado a la biodiversidad y la agroforestería y destinados a productores organizados a fin de asegurar su retorno. Solo así se pondrá hacer de la caficultura una actividad sostenible.
Indicaron que han solicitado una pronta reunión con el presidente Ollanta Humala y la premier Ana Jara a fin de explicarles sus planteamientos para, mediante el acceso a capital para inversiones de capitalización e innovación agraria, convertir la caficultura en una actividad competitiva.