Por años, Cusco fue un referente cafetalero. Sin embargo, en los últimos años se ha generado una caída en su producción y hoy en día ha perdido terreno en el mercado. ¿Qué se puede hacer al respecto? El foro “Cambio climático y café sostenible” se propuso responder esta interrogante.
El café y el cacao en Cusco tienen un rol muy importante. Han sostenido, por años, la economía de las familias de la región. Según cifras del Censo Nacional Agrario (Cenagro), más de 30 mil familias están involucradas en su cultivo y comercialización. En total, cultivan más de 52 mil hectáreas de café y 18 mil hectáreas de cacao. Son los productos imperiales líderes del lugar.
Empero, actualmente atraviesan una caída en su producción. Las causas son diversas. Entre ellas se puede nombrar las plagas y enfermedades, el bajo desarrollo tecnológico, el abandono de fincas y los incendios forestales, entre otros factores. Ante esta situación, la Mesa Técnica del Café y el Cacao del Cusco organizó el foro “Cambio Climático y Café Sostenible”, para debatir posibles soluciones.
Este foro contó con la participación de agricultores, cooperativas, especialistas y autoridades que expusieron sobre los efectos del cambio climático en los cultivos, así como de la implementación de buenas prácticas para la mitigación y adaptación al cambio climático, fenómeno que también afecta sus cultivos.
El café y el cacao peruanos son productos reconocidos a nivel internacional. El Perú es uno de los principales lugares originarios del cacao, posee el 60% de las variedades de cacao del mundo y es el segundo productor mundial de cacao orgánico. El café, por su parte, es uno de los productos líderes del comercio exterior, representa casi la mitad de las exportaciones agropecuarias del país. Y somos el primer país productor de café orgánico en el mundo.
El café y cacao del Cusco, región que siempre estuvo entre las que más los producían, han ganado reconocimiento a nivel nacional e internacional. Pero la lucha por continuar con este liderazgo es constante. Y los productores lo saben. Por eso, han decidido actuar ante las amenazas que pueden quitarle este posicionamiento a su región.
El cambio climático está produciendo nuevas plagas y enfermedades en los cultivos de café. Según los ponentes del foro, algunas de las soluciones a este problema son una adecuada capacitación, implementación de las buenas prácticas agronómicas y la tecnificación.
Carlos Valer, ingeniero participante en el foro, comparte la opinión de sus colegas: “La idea es tecnificar nuestras labores agrícolas, usar abonos que no sean químicos, usar plantaciones agroforestales, incluir en nuestras plantaciones otras que puedan incrementar la forestería de nuestras chacras”.
En el foro se llegó a la conclusión de que, para revertir esta situación, se debe incentivar las buenas prácticas agronómicas, avanzar en la tecnificación de las labores y evitar la emisión de gases de efecto invernadero. Así como trabajar conjuntamente municipios, organizaciones y agricultores.
Los incendios forestales es otro problema crítico que se debe combatir. Si bien no se podrá eliminar las quemas, sí llegaría a mitigarlas o mantenerlas controladas. La coordinadora del proyecto Paisajes Sostenibles de la ONG Asociación para la Investigación y el Desarrollo Integral (AIDER), Norma Revoredo, sostuvo que se está trabajando con los municipios para implementar un plan de prevención de quemas, que ya han aplicado exitosamente en otros departamentos.
Otra de las razones de la caída de la producción es el abandono de fincas por parte de los agricultores. Esto se debe a que en determinadas épocas, otros trabajos les pueden generar más ingresos. En su mayoría, los puestos en los municipios son los más atractivos. Gerardo Medina, técnico de Rainforest Alliance, explicó que esta oportunidad les da más ingresos a los agricultores que si se quedaran ese mismo tiempo en sus fincas.
Sin embargo, cree que se puede revertir la situación. “Nos está faltando a los que trabajamos en desarrollo y en los municipios demostrar a los productores que pueden ser mucho más rentables. Necesitamos tener una política de apoyo al sector agrario”, señala.
Medina también propone trabajar con nuevo material genético, sembrar más variedades tolerantes a la roya, invertir en tecnología agraria y fortalecer la institucionalidad para que las diversas entidades trabajen de forma coordinada.
Por otro lado, las comunidades indígenas del Cusco afrontan reto de sacar adelante productos sin tecnificación que puedan competir en el mercado. Según Jorge Rivas Corinti, miembro de la comunidad nativa de Chirumbia, las comunidades deben hacer una renovación de chacras para que puedan sacar un buen producto natural.
“Esto ya se ha hecho en algunas comunidades como Chiriumba, Yoquiri, Matoriato, que sacan un buen café y lo venden a algunos comerciantes, a empresas como Río Azul”, indica.
Se espera que lo discutido y consensado en este foro no caiga en saco roto. Las autoridades, así como los productores deben cumplir sus compromisos y atender el problema de la baja productividad de café y cacao como una prioridad. Solo así se podrá lograr que el café y el cacao cusqueños, que tantos reconocimientos le dieron a la región, vuelvan a liderar el mercado.
Aquí puede leer más artículos de la Revista 11.