Rubén Ledesma Mallqui, Teodosio Flores García y Walter Marquina Huayhua son tres narcotraficantes que se dedicaban a la producción de cocaína en las zonas de Bidón, Johnson y Llochegua, en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem). Para dejar salir del área una tonelada de droga, Ledesma, García y Marquina pagaban a la organización terrorista de los hermanos Quispe Palomino un «cupo» de cinco mil dólares por cada tonelada de droga que conseguían acopiar.
Los narcotraficantes también debían suministrar a los senderistas armamento, munición y equipos de comunicación como una forma de contraprestación.
Con la detención de Rubén Ledesma, Teodosio Flores y Walter Marquina, como parte de la vasta «Operación Dédalo», cumplida por la Brigada Especial de Inteligencia, se confirma que los terroristas han encontrado en las mafias del narcotráfico a sus principales financistas y proveedores de equipamiento militar.
INTELIGENCIA CONJUNTA
El trabajo de inteligencia para la identificación de los narcotraficantes fue una acción conjunta de los agentes especializados de la Dirección contra el Terrorismo (Dircote) y la Dirección Antidrogas (Dirandro). Los efectivos de la Dircote obtuvieron información clave tanto de las agendas que pertenecieron a Jorge Quispe Palomino, «camarada Raúl», el actual número dos de Sendero Luminoso en el Vraem; así como de los exsenderistas convertidos en colaboradores eficaces e informantes. A la Dirandro le correspondió hacer el seguimiento mediante el equipo de interceptación «Constelación», de los teléfonos que utilizaban los narcotraficantes y sus contactos terroristas.
Una vez identificados y «centrados» los objetivos, la ejecución de la «Operación Dédalo», que se concretó con la detención de 23 colaboradores de Sendero Luminoso –entre ellos los narcos Ledesma, Flores y Marquina–, fue obra de las Fuerzas Especiales Conjuntas (FEC), del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (CCFFAA).
De acuerdo con el testimonio de exsenderistas que hoy cumplen labores de colaboradores eficaces, los narcotraficantes Ledesma, Flores y Marquina mantenían «trato directo» con los cabecillas de la organización, Víctor Quispe Palomino, «camarada José»; Jorge Quispe Palomino, «camarada Raúl»; y Tarcela Loya Vílchez, probable identidad de la «camarada Olga», quien sustituye al abatido «camarada Alipio», Orlando Borda Casafranca.
Los narcotraficantes Ledesma, Flores y Marquina no eran los únicos que abonaban «cupos» y armas a los senderistas.
La Dircote y la Dirandro cuentan con una lista de hasta 40 identificaciones de traficantes de drogas que pagan a los senderistas a cambio de que les permitan elaborar cocaína y transportarla fuera del Vraem para su comercialización en el extranjero.
DINERO FÁCIL
De acuerdo con los expertos, anualmente en el Vraem se producen alrededor de 150 toneladas de cocaína. Esto indicaría que los terroristas podrían obtener hasta un millón de dólares en «cupos» por año, dinero que se destina directamente al mantenimiento de las actividades de la organización.
Por eso los senderistas mantienen un riguroso control del pago de los «cupos», como lo demuestran los cuadernos que la Brigada Especial de Inteligencia incautó al cabecilla Víctor Castro Ramírez, «camarada William», muerto durante la «Operación Nuevo Horizonte», en Llochegua, el ocho de setiembre del 2012. «William» guardaba dinero producto del pago de los narcotraficantes.
Y el tres de marzo de este año, cuando la Brigada Especial de Inteligencia incursionó en el campamento del «camarada Raúl», en Vizcatán, también halló numerosas agendas y cuadernos con la identificación de los narcotraficantes, sus ubicaciones, números telefónicos, los montos cobrados a las mafias y operaciones matemáticas sobre el ingreso y salida del dinero obtenido de la producción de cocaína.
Con el arresto de los narcos Rubén Ledesma, Teodosio Flores y Walter Marquina durante la «Operación Dédalo», las fuerzas de seguridad han iniciado la destrucción paulatina de las organizaciones dedicadas al tráfico de drogas bajo la protección de Sendero Luminoso en el Vraem.
El propósito es cortar la principal fuente de financiamiento de los terroristas, ahogarlos económicamente.
Rubén Ledesma y Walter Marquina fungían como supuestos empresarios en Huanta, mientras que Teodosio Flores actuaba en la zona de La Convención, Cusco.
ARMAMENTO A GRANEL
Los narcotraficantes actúan en coordinación con vendedores ilegales de armamento. Cuando la Dirandro usó el sistema de interceptación «Constelación» para el seguimiento de las comunicaciones telefónicas de los narcos, pudo establecer la identidad de los traficantes de armas.
La Brigada Especial de Inteligencia durante la «Operación Dédalo» pudo arrestar a cinco proveedores de armamento de los senderistas y de los narcotraficantes que actuaban en conjunto.
Ellos son Pablo Maldonado Quispe, Freddy León Nina, Alejandrino Pompilla Ancco, Gilbert Gallegos Moreno y Esteban Mejía Ccollama.
En el caso de Pablo Maldonado, actuaba en el distrito altoandino de Ayahuanco, provincia de Huanta; mientras que Freddy León, quien bajo la cubierta de supervisor de obras públicas en el distrito de San Miguel, provincia de La Mar, proporcionaba explosivos a Martín Quispe Palomino, «camarada Gabriel».
En cuanto a Alejandrino Pompilla, trabajador de la municipalidad distrital de Echarati, provincia de La Convención (Cusco), ha sido identificado por los colaboradores eficaces como la personaje que suministró al «camarada Gabriel» los explosivos para volar tres helicópteros de una empresa particular que presta servicios a la transportadora de gas de Camisea, el siete de octubre del 2012, en Kiteni (La Convención, Cusco).
Respecto a Gilbert Gallegos, se le imputa haber vendido armamento y explosivos al «camarada Gabriel», también en la zona de La Convención, con la finalidad de proveer de equipamiento a la columna terrorista que secuestró a 36 trabajadores de la compañía Skanska, el nueve de abril del 2012.
Esteban Mejía Ccollama, quien era miembro de la Cooperativa de Café de Postakiato, del valle de Vilcabamba, Cusco, en realidad actuaba como hombre de confianza de los camaradas «Alipio», «Gabriel» y «Yuri», en la zona de La Convención. Su papel era la de acopiar munición para la organización criminal.
El arresto de Pablo Maldonado, Freddy León, Alejandrino Pompilla, Gilbert Gallegos y Esteban Mejía ha permitido a las fuerzas del orden establecer cómo los terroristas son avituallados con equipamiento bélico y explosivos, e identificar las rutas que suelen utilizar para filtrar las armas.
En la «Operación Dédalo» también cayeron Erasmo Gonzales Saldívar y Humberto Salazar Quispe, dos colaboradores relevantes de los senderistas del Vraem.
Estos sujetos «reglaban» el movimiento de los militares y policías en La Convención y filtraban información que luego era usada para consumar las sangrientas emboscadas. Supuestamente, tanto Erasmo Gonzales como Humberto Salazar eran simples y pacíficos pobladores.
APRESAN A POBLADOR QUE UBICÓ CUERPOS DE POLICÍAS VILCA Y TAMANI
Honorato Huillca Ramírez, uno de los 23 apresados en la «Operación Dédalo», es señalado como el poblador que consiguió ubicar los cadáveres de los suboficiales de la Policía Nacional César Vilca Vega y Lánder Tamani Guerra, asesinados por los senderistas en la zona de Alto Lagunas (Echarate, La Convención), el 12 de abril del 2012. Fue durante la llamada «Operación Libertad».
Huillca actuó como guía de una patrulla del Ejército que rescató los cuerpos de Lander Tamani y César Vilca. Honorato Huillca contribuyó con el hallazgo porque conocía la zona de Alto Laguna. Incluso colaboró con los periodistas que estuvieron en el área.
Sin embargo, los exsenderistas que colaboran con la Dircote y Dirandro han señalado que Honorato Huillca también suministraba información a los senderistas dirigidos por el «camarada Gabriel».
Los familiares de Honorato Huillca afirman que su detención es injusta, pero las autoridades de la Policía Nacional indicaron que las investigaciones determinarán el grado de su presunta responsabilidad.
EN CIFRAS
Ocho operaciones completó la Brigada Especial de Inteligencia con «Dédalo». 200 efectivos participaron en la misma. Cuatro días duró el despliegue policial para cumplir la operación. Cinco regiones abarcó la Operación Dédalo, entre el 27 y 30 de setiembre. (Doris Aguirre/Cortesía La República)
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