El empresario peruano Samuel Fernando Sales Cohen, detenido en Argentina con 244 kilos de cocaína, era buscado por la Interpol en 168 países del mundo. Sales huyó a ese país en marzo del 2005, luego de que agentes de la Dirandro confiscaran en el Callao más de media tonelada de clorhidrato de cocaína mezclada con néctar de frutas.
El peruano trató de sorprender a las autoridades asegurando ser un honorable empresario. Sin embargo, la policía lo llevó a un depósito de plátanos donde se encontró un auto con 244 kilos de cocaína. La droga estaba sellada y embadurnada con brea, con inscripciones como Brahama*, *MDL* o *PPCOM, marcas empleadas por los narcos como sellos de calidad.
Pero lo que más llamó la atención de las autoridades fue una gran cámara séptica de dimensiones injustificadas para la humilde construcción. Cuando levantaron la capa de cemento los policías encontraron un escondite subterráneo con capacidad para albergar 5 mil kilos de cocaína. La mafia transportaba droga desde Perú y Colombia, rumbo a Europa y Estados Unidos