Cae mafia que financiaba a terroristas en el Vraem

Agentes de la Dirección contra el Terrorismo (Dircote) realizaron una megaoperación en la selva de Ucayali para detener al huancaíno Víctor Quispe Torres, de 46 años, y al cusqueño Antenor Zamora Cordero, de 41, acusados de encabezar una organización que lava dinero del narcotráfico y financia a Sendero Luminoso en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem).

Ellos son dueños de un millar de bienes en Pucallpa, Atalaya y Huancayo, entre los que figuran hoteles, terrenos, grifos flotantes y embarcaciones que operan en los ríos de Ucayali, la cuenca del Urubamba (Cusco) y la selva de Satipo (Junín).

El Comercio conoció que el alto mando de la Policía Nacional y de la Dircote, junto con decenas de efectivos de la Dirandro, se trasladaron el lunes a Atalaya (Ucayali) para cumplir con la orden de captura que dictó la Sala Penal Nacional contra Antenor Zamora y Víctor Quispe, así como la esposa de este último, María Bellido Coras, y su cuñado Leoncio Bellido.

Al cierre de edición se supo que Quispe, considerado el objetivo principal, fue detenido junto a su pariente político. La intensa búsqueda de Zamora y de María Bellido continuaba en los alrededores de Atalaya.

La otra misión policial, quizá la más complicada, fue incautar los bienes por orden judicial. Una fuente de la Sala Penal Nacional se mostró sorprendida por la cantidad de bienes de los grupos que encabezan Quispe y Zamora: casi un millar, la mayoría predios urbanos y rurales dispersos en Atalaya, Pucallpa, Huancayo y Lima, además de 160 embarcaciones, 59 vehículos y más de 30 empresas.

El caso que más sorprende en los predios policiales corresponde al grupo de Quispe y su esposa María Bellido. Este figura en la Dirandro como cabeza de una mafia que acopia droga en el valle cocalero del Ene, la cuenca del Urubamba y Ucayali.

En los últimos años esta zona se ha convertido en una ruta de tránsito de los colaboradores de Sendero Luminoso y de otras mafias que buscan acopiar y exportar toneladas de droga por el eje Huancayo-Iquitos-Brasil.

Los agentes de la Dircote quedaron impactados por el potencial económico del entorno de Quispe, quien se inició como vendedor ambulante en su natal Junín, y que hoy aparece como empresario petrolero.

Este Diario reveló en octubre del año pasado la historia de Quispe y Zamora, considerados hasta hace algún tiempo como exitosos hombres de negocios en la selva de Ucayali.

Ambos llegaron sin dinero a Atalaya entre 1993 y 1998, trabajaron como vendedores ambulantes o manejando botes artesanales hasta 2001, cuando crearon sus primeras empresas.

Dos años después ya figuraban como objetivos antidrogas con los apelativos de ‘Chapulín’ y ‘Brayan’, respectivamente.

Desde entonces, Quispe y Zamora se convirtieron en los reyes fluviales de Atalaya, considerada una región estratégica por su acceso a recursos energéticos.

Para el 2012, cuando la Dircote comenzó a investigarlos, ya eran considerados unos potentados en la zona que conecta al Vraem con la cuenca del Urubamba, rica en petróleo y gas natural, y los ríos que llevan a Ucayali e Iquitos.

En solo una década, multiplicaron sus cuentas bancarias, crearon hoteles, grifos flotantes de venta mayorista de combustible y compraron grandes extensiones de terreno y propiedades, así como una flota de modernos deslizadores para el transporte de personas y carga pesada de las empresas petroleras que operan cerca de Atalaya.

Al mismo tiempo, según informantes de la Dircote, Quispe financiaba a los terroristas en el Vraem y Zamora lavaba dinero del narcotráfico.

Su suerte acabó el último lunes, cuando un juzgado de la Sala Penal Nacional –a pedido de la Dircote y de una fiscalía de Ayacucho– ordenó su captura.

Según el fallo de la Sala Penal Nacional, Quispe y Zamora utilizaron a unos 32 testaferros que crearon empresas de venta de combustible, transporte de carga fluvial y de ganadería. Todos fueron incluidos en la investigación de la Dircote, pues no lograron explicar cuál fue el origen del capital que les sirvió para crear estas compañías.

Los acusados tampoco presentaron los libros contables para justificar su desbalance patrimonial.

PROCURADOR REVELA UNA INVESTIGACIÓN RESERVADA
El procurador para casos de terrorismo, Julio Galindo, reveló que el Estado tenía listo un duro golpe contra una mafia que lava dinero y financia a la subversión en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem).

“Es un caso grande que se constituye en un logro de la Procuraduría Antiterrorismo y de la Fiscalía de la Nación”, refirió en declaraciones que recogió ayer el diario oficial “El Peruano”.

Según informaron fuentes policiales allegadas al caso, las declaraciones de Galindo habrían causado malestar en el alto mando policial, el Ministerio del Interior y altas esferas del Gobierno, debido a que reveló información que se mantenía en reserva desde el lunes.

Las palabras de Galindo se hicieron públicas mientras agentes de inteligencia buscaban a Antenor Zamora Cordero ‘Brayan’, uno de los objetivos de la Policía Antiterrorista.

También incomodó que Galindo se atribuyera como suya una operación dirigida por el alto mando de la PNP y la Dircote y apoyada por la Dirandro.

El procurador antiterrorismo afirmó, además, que el monto de las incautaciones producto de estas operaciones estarían valorizadas en unos US$150 millones.

Esta cifra es incierta aún, debido a que la Policía está revisando y tasando los bienes incautados y continuará realizando esta tarea durante los próximos días.

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