“Lo que buscamos es el empoderamiento económico y social de las mujeres con la finalidad que puedan tener una mayor confianza para realizar sus actividades, decidir qué hacer en sus fincas y, sobre todo, con el dinero que se obtiene con las ventas del café. Buscamos cerrar las brechas económicas y sociales que enfrentan las mujeres principalmente en las zonas rurales del país”.
Así se expresó Sergio López, director del proyecto Alianza CAFÉ, durante una entrevista para INFOREGIÓN al detallarnos los objetivos que persigue la iniciativa Mujeres CAFÉ, la cual es impulsada por la Fundación Starbucks y TechnoServe. Esta última implementa el proyecto Alianza Café, iniciativa promovida por Usaid Perú y con apoyo de JDE. Para este año se han sumado Starbucks y Peet’s Coffee.
Objetivos y modo de trabajo
Las actividades del proyecto Mujeres CAFÉ se iniciaron el 3 de abril para empoderar a 1300 mujeres distribuidas entre las zonas de Moyobamba y el Alto Huallaga (en Monzón y Tingo María). “Se busca que fortalezcan sus capacidades en el manejo agronómico del cultivo cafetero, que mejoren su autoconfianza para asumir nuevos retos, así como prepararlas para que asuman roles de mayor liderazgo en sus comunidades y asociaciones”, afirmó.
Las beneficiarias se distribuyen en seis grupos. Se trabaja con cuatro organizaciones de productores en el ámbito de Moyobamba, Rioja y Lamas: Aproselvanor, Apromayo, Capaasam, Frutos de Selva. En tanto, la zona de Tingo María comprende labores con Aprocaf, del valle del Monzón, así como con un grupo de 700 productores agrupados en una empresa local.
De las participantes se identificarán a 60 mujeres para que participen en una actividad denominada fotovoz, que es una herramienta diferente para realizar evaluaciones. Es una especie de autoevaluación donde ellas narrarán los cambios experimentados en los últimos meses del proyecto. Ellas detallarán los cambios experimentados gracias a la capacitación mediante el uso de imágenes y videos.
López añadió que la metodología comprende cuatro talleres a cada grupo de mujeres de entre 20 a 25 integrantes. Además, mencionó la realización de cuatro módulos para ver el manejo agronómico, el fortalecimiento de autoconfianza, así como el liderazgo de procesos en sus comunidades.
Retos y realidad de las mujeres en el rubro cafetero
“Aunque las mujeres en las comunidades cafetaleras contribuyen significativamente a la producción y procesamiento posterior a la cosecha de café, a menudo se les subestima como agentes económicos con derecho propio”, lamentó nuestro entrevistado al analizar la situación que ellas enfrentan actualmente.
En ese sentido, precisó que hay factores que limitan sus capacidades para ejercer control sobre los beneficios que generan su participación en la toma de decisiones de interés propio y de sus familias. Por eso este proyecto busca elevar el empoderamiento económico-social de estas 1300 mujeres, remarcó.
Seguidamente, López dio a entender que no todo está perdido, ya que en los años de trabajo que los ligan al tema han podido corroborar que este impulso a las capacidades de las mujeres se traduce en una vía para mejorar el nivel de vida de sus hogares.
“Hemos visto con satisfacción que en la medida que las mujeres empiezan a involucrarse de una manera más activa y con capacidad de decisión dentro de la cadena de valor del café, ayudamos a minimizar la pobreza en las zonas. Pues ellas tienen una mirada más holística del desarrollo de la comunidad, de las familias”, finalizó.