La presidenta suspendida, Dilma Rousseff, pronunció su discurso de defensa ante el pleno de 81 senadores que evaluarán su grado de responsabilidad en el delito administrativo del que se la acusa con el fin de decidir su destitución a través de una ronda de votación.
Por su parte, Dilma Rousseff inició esta sesión asegurando que respetó todas las leyes de la Constitución y garantizó que cumplió su cargo con lealtad desde que asumió la presidencia de Brasil por segunda oportunidad.
«El 1 de enero de 2015 asumí mi segundo mandato, fui electa por más de 54 millones de votos. Asumí un compromiso de defender y cumplir la constitución para sustentar la unión y la independencia de Brasil. Respeté el compromiso que asumí y estoy orgullosa por ello», expresó Dilma.
Asimismo, entre los argumentos que expresó para demostrar su inocencia en los cargos de los que se le acusa, la presidenta suspendida aseguró que no sería capaz de atentar contra el patrimonio de las personas que la respaldaron y que depositaron su confianza en ella a través de su votación.
«Jamás atentaría y practicaría actos contra los intereses de los que me votaron. Como todos tengo defectos y cometo errores, pero entre mis defectos no están la cobardía y la deslealtad», afirmó.
Por otro lado, en su discurso de más de 40 minutos, Dilma Rousseff recordó los tiempos de dictadura que enfrentó este país y destacó que su gestión estuvo enfocada en la lucha por la democracia. Además, afirmó que se mantiene luchando por la democracia del país y no por sus propios intereses.
“Vi compañeros mientras eran violentados y hasta asesinados. Era muy joven, tenía mucha esperanza en la vida. Tengo secuelas de tortura en el cuerpo y el alma, pero no cedí y resistí, resistí las tempestades del terror. Continué luchando por la democracia. Hoy, como en el pasado, resisto. No esperen de mí el silencio de los cobardes. No lucho por mi apego al poder, lucho por la verdad y por la justicia. Lucho por los pobres de mi país», manifestó.
Del mismo modo, la mandataria suspendida culminó su discurso de defensa asegurando que hay intereses políticos detrás de este proceso y calificó a este juicio como «un golpe orquestado» por su exvicepresidente Michel Temer, quien viene respaldando su destitución para asumir la presidencia de Brasil durante los próximos dos años.
«Seré juzgada por un crimen que no cometí. Tengo mi conciencia absolutamente tranquila por lo que hice. Estamos a pasos de cometer un verdadero golpe de Estado. Voten contra el impeachment, voten por la democracia», aseguró.
No obstante, los partidarios de Temer garantizaron que cuentan con 60 o 61 votos en el Senado para lograr la destitución de Rousseff, ya que solo se requieren 58 votos para destituirla de la presidencia, por esta razón, consideran que no hay ninguna posibilidad de que continúe asumiendo el cargo. Cabe recordar que Dilma Rousseff fue suspendida por autorizar gastos sin contar con la aprobación del Congreso y por maquillar cuentas públicas para seguir financiando proyectos sociales durante el inicio de su reelección a inicios del año 2015.