Botaderos y (des)control de residuos ponen en riesgo la salud humana y la naturaleza

Desde el pasado lunes 2 de enero, 13 mil nuevas autoridades regionales y municipales comenzaron a asumir sus cargos para el periodo 2023 – 2026. La Defensoría del Pueblo exhortó a estos a que prioricen acciones para disminuir los lugares no autorizados donde se arrojan residuos sólidos, aquellos que se producen dentro de los núcleos urbanos y sus zonas de influencia. Se trata de una situación que afecta en gran medida al derecho a un ambiente sano. 

Según el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), a nivel nacional, existen más de 1700 botaderos, siendo Pampas de Reque el más grande del país. Este posee unas 307 hectáreas degradadas y más de 1.65 millones de toneladas de residuos domiciliarios, provenientes de diferentes ciudades de la provincia de Chiclayo, en la región Lambayeque. 

Pampas de Reque es el botadero más grande del país. Foto: Gobierno del Perú

Sin embargo, la costa norte del país no es la única impactada por este problema. El último reporte del Sistema de Información para la Gestión de Residuos Sólidos (Sigersol) señala que en la zona andina, se ha identificado que las regiones más perjudicadas con este tipo de desechos son Áncash, con 37 564 toneladas solo en la provincia de Santa, seguido del distrito de Cayma; en Arequipa, con 31 735 toneladas, y Huamanga; en Ayacucho, con 21 220 toneladas. 

Mientras que en la Amazonía, específicamente en provincias como Utcubamba, en Amazonas, los desechos alcanzaron las 8038 toneladas, seguida de la provincia de Chachapoyas, con 5523 toneladas de basura, y Bagua, con 4306. 

De acuerdo al inventario actualizado por el Ministerio del Ambiente (Minam), a través del Portal Interactivo de Fiscalización Ambiental (PIFA), se han registrado, hasta el año pasado, 1704 áreas degradadas por residuos sólidos municipales y solo 161 infraestructuras de segregación, almacenamiento, limpieza y compactación de desechos, a nivel nacional. 

Áncash, Arequipa y Ayacucho son las tres regiones con mayor cantidad de residuos sólidos a nivel nacional, según Sigersol. Foto: Andina

Reciclaje e incumplimientos de empresas no genera avances 

El Minam viene promoviendo la implementación de plantas de valorización de desechos en diferentes ciudades del Perú. La misma entidad indica que el país genera un promedio de 21 mil de toneladas de residuos al día, de los cuales apenas el 1.9% se recicla. Estas son utilizadas para minimizar la generación de residuos y aumentar la vida útil de los rellenos sanitarios, los cuales tienen como tarea detectar la procedencia de la basura, y pesarla para luego ser compactada y cubrirla con tierra. 

Sin embargo, para aterrizar dicho proyecto es necesario que estas cumplan ciertas condiciones necesarias para su construcción. Para ello, es responsabilidad de cada gobierno regional asegurar su viabilidad técnica, económica y ambiental, así lo señala Sonia Aránibar, exdirectora general de Gestión de Residuos Sólidos del Minam. 

Sonia Aránibar, exdirectora general de Gestión de Residuos Sólidos del Ministerio del Ambiente. Foto: Universidad de Lima

“Es una infraestructura que cumple una serie de requisitos de ubicación, de construcción, de operación; es decir, cumple los estándares ambientales, hay una fiscalización que realiza Oefa, a través de los componentes ambientales identificados. Mientras que un botadero o área degradada por residuos municipales es un sitio donde no hay ningún control. Esa es la gran brecha que tenemos”, advirtió. 

Entre los residuos sólidos que afectan al ambiente, la acumulación de basura causada por aparatos electrónicos y eléctricos genera importantes efectos en el bienestar de la ciudadanía y el ambiente. Según el informe de Monitoreo Regional de los Residuos Electrónicos de la ONU 2021, el Perú produce el 14,4% de residuos electrónicos a nivel de toda Latinoamérica. Esto a pesar que, nuestro país cuenta con legislaciones específicas centrados en la regulación de este tipo de desechos. 

A inicios de esta semana, el Minam alertó que actualmente un grupo de empresas del sector privado no cumplen las metas anuales de recolección de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), el cual tiene como fin asegurar el manejo de seguro de la cantidad y características de peligrosidad de esta clase de desechos. No obstante, diferentes empresas han recurrido al Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi), para argumentar que dicha exigencia representa una barrera burocrática para el crecimiento de las asociaciones en cuestión.  

Perú produce el 14,4% de residuos electrónicos a nivel de toda Latinoamérica. Foto: Laboratorio de Ideas sobre Residuos

En consecuencia, la cartera del Ambiente dio a conocer que se ha dispuesto dejar sin efecto aquella norma de recolección, a favor de las compañías. La decisión supone un aumento a la contribución de los daños ambientales y de salud, ya que los residuos de aparatos electrónicos contienen sustancias tóxicas, que se pueden encontrar en electrodomésticos, tales como refrigeradoras, además de monitores y pantallas planas. 

En el Perú, cada persona genera un promedio de 6.5 kilos de RAEE. En 2021, se generaron más de 365 mil toneladas de este tipo de desechos. El toxicólogo Ricardo Puell Calderón conversó con Inforegión para explicar la importancia del proceso de degradación de los residuos electrónicos, teniendo en cuenta cómo la toxicidad de estos pueden impactar en el medio ambiente. 

“Hay un sinnúmero de componentes en un artefacto, habría que analizar el estado natural del compuesto y cómo se puede producir la degradación, evaluar si esa degradación puede llevar a un metabolito [proceso de descomposición] más contaminante o tóxico para el ser humano, alertó. 

Asimismo, recomendó que es fundamental contar con un plan de control de este tipo de desechos que evalúen su comportamiento a temperaturas frías, bajas o altas, el rango de degradación, si se mezclan con otros compuestos tóxicos, y si existe el peligro que ingresen al organismo a través de vías respiratorias o digestivas. Pues, la falta de desconocimiento sobre el manejo de estos desechos podría producir graves efectos silenciosos en la salud a largo plazo. 

Ricardo Puell Calderón, especialista en toxicología. Foto: Universidad Nacional de Tumbes

“Hay que ver cómo descomponemos [residuos eléctricos] y si este proceso daña la capa de ozono, ver si tienen sustancias inflamables, depende de las sustancias. Por ejemplo, si estas se mantienen en contacto con la tierra y esta degradación puede llegar hasta mantos freáticos de aguas interiores [aguas subterráneas], habría que ver si las sustancias tóxicas producto de los residuos pueden llegar indirectamente a la desembocadura de un río, contaminando a los animales, que luego son utilizados como alimentos por el ser humano”, explicó. 

Hasta la fecha, son 157 puntos de acopio de RAEE a nivel nacional que se han implementado en parques, municipalidades y locales autorizados. En el grupo de los desechos eléctricos podemos encontrar a los televisores, refrigeradoras, microondas, computadoras, entre otros. Por el contrario, los aparatos electrónicos se clasifican como celulares, calculadoras, videocámaras, etc. 

Hay que resaltar que, el proceso de recolección de la basura es más que reducir, reutilizar, reciclar y recuperar. Antes, es necesario forjar una sensibilización ambiental que favorezca en el mejoramiento de la gestión de residuos por parte de la ciudadanía y especialmente de las empresas más contaminantes del país y del mundo. 

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