Solo un 6,5 % de los bosques están realmente protegidos, un resultado por debajo del objetivo del 17 % fijado por el Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) de la ONU para 2020.
Así lo señala un nuevo estudio el cual también advierte que la tasa de deforestación de las áreas protegidas es un 41 % más baja que la de las áreas no protegidas.
«En general, las áreas protegidas no eliminaron la deforestación, pero redujeron las tasas», refiere el documento.
El estudio, publicado en la revista Nature Ecology and Evolution, indica que la designación de área protegida si bien reduce la tasa de deforestación, no la previene.
«Claramente, no es suficiente llamar a un área forestal ‘protegida’ y asumir que realmente lo es», afirma Christopher Wolf, investigador y líder del estudio.
Esto es especialmente precocupante considerando además que la mayoría de las especies terrestres viven en áreas boscosas.
«Cuando se mira la eficacia de la conservación, no se puede simplemente confiar en la cantidad de tierra oficialmente protegida como una métrica», remarca Wolf.
Y agrega: «Casi un tercio de todas las áreas protegidas están en realidad bajo una intensa presión humana».
El estudio está basado en 18.000 parcelas de tierra que abarcan más de 5 millones de kilómetros cuadrados en 63 países, de donde se observó que la tasa de deforestación de las áreas protegidas es un 41 % más baja que la de las zonas no protegidas.
Para ello, se utilizó la base de datos mundial sobre áreas protegidas y mapas de cambio forestal para calcular las tasas de deforestación en las áreas protegidas.
«La evidencia indica que estamos en medio de un evento de extinción masiva como el que el planeta ha visto solo cinco veces antes», apunta Wolf.
Y agrega que «las áreas protegidas rara vez o nunca hacen más que ralentizar la deforestación».
El estudio señala que 34 de las 63 naciones estudiadas tienen al menos un 17 % de su área forestal protegida, es decir, están en línea con el porcentaje objetivo establecido por el CDB.
Asimismo, a nivel mundial, el 15,7% de los bosques está protegido formalmente; sin embargo, ajustando la efectividad, solo el 6,5 % de los bosques del mundo están protegidos.
Es decir, que las estimaciones que sugerían un 15,7% resultaron demasiado optimistas.
Por ello, las metas globales para áreas protegidas deben incluir metas cuantitativas para la efectividad además de la extensión espacial, refiere el documento.
El estudio también señala que las tasas de desaparición de las masas forestales de áreas protegidas son más altas en África, Europa y América del Sur, y más bajas en Oceanía, concretamente Australia, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea y cadenas de islas cercanas.
El aporte de esta nueva investigación ofrece la primera mirada integral a la eficacia de las áreas protegidas para limitar la pérdida de bosques.
Para revisar el estudio haga click aquí
Fuente: Servindi