ANCASH. El “Bosque de Huarmey” es uno de los tres bosques artificiales de este tipo que tiene el país. Con una extensión de 174 hectáreas, alberga cerca de 200 mil árboles que conviven más de 50 especies de aves; mamíferos y reptiles que se han mudado a esta zona, fundando un nuevo ecosistema desde hace más de 20 años. En 1999, esta zona era un típico desierto de la costa peruana. Sin embargo, el impacto del bosque sobre el ambiente ancashino ha permitido mayor captura de carbono, contribuyendo a purificar el aire de los gases del efecto invernadero. INFOREGIÓN recorrió este activo ambiental, registrando la actualidad del bosque, cerrado al público visitante desde marzo del 2020 debido a la pandemia.
Este proyecto de forestación nació debido a la innovadora idea de Antamina respecto al transporte de sus concentrados de cobre y zinc, provenientes de la mina, ubicada en el Callejón de los Conchucos. El traslado de los principales productos de Antamina se realiza desde su yacimiento polimetálico, ubicado en el distrito de San Marcos, provincia de Huari, región Ancash; hasta el puerto de embarque de “Punta Lobitos”, propiedad de la minera en la costa de Huarmey, gracias a un mineroducto que recorre 304 km, llevando el cobre y el zinc en forma de “pulpa” y por acción de la gravedad en una proporción de 65% de sólido y 35% de agua.
Pero… ¿Qué se hace con toda esa agua proveniente del transporte de los concentrados de Antamina?
Desde la etapa de proyecto de Antamina se puso en operación un moderno sistema de disipación de aguas en Punta Lobitos. Así, una vez que el agua con mineral es recibida en el puerto, ésta es separada por gravedad a través de clarificadores antes de su filtrado. La totalidad del agua (equivalente a un flujo variable de 28 a 35 litros por segundo) es tratada debidamente para obtener agua limpia que luego es almacenada y posteriormente aprovechada por un complejo sistema de riego por aspersión que da vida y alimenta este bosque artificial, único en la zona costera de la región de Ancash.
INFOREGIÓN conversó con Jorge Abadie, Coordinador de Comunicación Corporativa de Antamina para la zona de Huarmey, quien nos guio durante el recorrido. Abadie nos explicó la importancia del bosque; tanto para la operación de Antamina (actúa como un disipador natural del agua proveniente del proceso de transporte de concentrados de Antamina), como para Huarmey, al dotar de aire fresco a la zona y servir como una barrera contra el viento, frenando el traslado de tierra hacia la ciudad.
Abadie comentó que a lo largo de los años Antamina ha logrado mantener un óptimo balance hídrico gracias a este bosque, puesto que la proporción de agua que diariamente reciben desde mina, es directamente proporcional a la cantidad de árboles ornamentales del Bosque de Huarmey, así como al uso de doce diferentes especies seleccionadas en función del clima, el tipo de terreno y su tendencia al consumo del agua. Comentó que además se cuenta con un sistema de poda, tala y reforestación, con el propósito de mantener este balance y que además esto permite dotar de leña a alrededor de 15 comedores populares de Huarmey que cuentan con un sistema de cocinas mejoradas que les permite cocinar de manera tradicional cuando éstos lo requieran.
Finalmente, el equipo de Antamina tiene la misión de mantener este ecosistema para seguir utilizando el agua reciclada del mineroducto, luego de su debido tratamiento, de una manera sostenible y adecuada para el medioambiente.
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