El viceministro de Defensa Social de Bolivia, Felipe Cáceres, admitió el aumento de cultivos ilegales de hoja de coca en el departamento de Cochabamba, al centro del país altiplánico, y anunció la erradicación manual de dos mil hectáreas en esa zona donde solo se permite la presencia de 7 mil hectáreas y actualmente hay 9 mil.
“En el trópico (de Cochabamba) sólo se admiten 7 mil hectáreas, pero al momento hay 9 mil según monitoreo (satelital). Hay dos mil hectáreas excedentes en las seis federaciones”, agregó.
Cáceres, ex compañero de lucha del presidente Evo Morales, es viceministro de Defensa Social desde hace cuatro años y es responsable de la lucha contra el narcotráfico en Bolivia. Ambos fueron prominentes dirigentes de los productores de la hoja de coca de las seis federaciones del trópico de Cochabamba.
“Las fuerzas (policiales y militares) deberán identificar a los afiliados que no respetan el ‘cato’ (cultivos de coca en 40 x 40 metros) y ese excedente será erradicado definitivamente”, anunció el viceministro luego de la inspección realizada a la región cocalera.
Cabe resaltar que la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), órgano independiente de Naciones Unidas con sede en Austria, reveló ayer que las plantaciones de coca aumentaron en 18.2% en Bolivia entre 2007 y 2008.
Colombia, con 48.3% de cultivos, es el mayor productor de coca en el mundo, seguido por Perú con 33.5% y Bolivia con 18.2%. El informe del JIFE señala que en Colombia se llegó a producir 430 toneladas de cocaína en 2008, 302 en Perú y en Bolivia unas 113 toneladas pero con “una tendencia creciente continuada”.
La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes instó a los gobiernos de Bolivia y Perú a que, “pese a las dificultades que puedan percibir para combatir la fabricación y el tráfico ilícitos de cocaína, no cejen en sus esfuerzos”.
Narcotráfico representa amenaza contra seguridad internacional
De otro lado, la ONU advirtió que el crimen organizado y el narcotráfico representan una amenaza grave y creciente para la seguridad internacional por su capacidad de socavar el Estado de derecho en sociedades vulnerables, alimentar conflictos armados y aumentar la corrupción.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, explicó en una reunión del Consejo de Seguridad que las actividades de las mafias obstaculizan la labor a favor de la paz, el desarrollo y el medio ambiente que lleva a cabo la organización.
“Las redes trasnacionales dejan a su paso un rastro de muerte y destrucción en algunas de las regiones más vulnerables del mundo, por lo que prevenir la delincuencia es prevenir conflictos”, dijo.
El secretario general de las Naciones Unidas pidió una respuesta global para contrarrestar las ramificaciones de la delincuencia organizada, al igual que sucede con el terrorismo, y citó como ejemplo la prohibición de comercializar los llamados “diamantes de sangre”.
Resaltó de igual manera la importancia de fomentar la cooperación policial para combatir un fenómeno que desconoce las fronteras y las jurisdicciones.