Pese a que aún mantiene su discurso antiestadounidense, el gobierno boliviano de Evo Morales anunció haber aceptado la ayuda económica de Estados Unidos para verificar junto con Brasil, la destrucción de plantaciones de hoja de coca ilegal, insumo irremplazable para la elaboración de cocaína.
En ese sentido, el viceministro boliviano de Sustancias Controladas, Felipe Cáceres, confirmó que Estados Unidos entregará unos 250.000 dólares para la compra de equipos «de última generación» que medirán las hectáreas de cocales ilegales que serán destruidas, tarea que se realiza en forma manual en Bolivia.
Cáceres agregó que Brasil aportará otros otros 100.000 dólares y se encargará de capacitar al personal boliviano que procesará la información, según da cuenta la agencia Efe.
Acuerdo próximo
De acuerdo al funcionario, los tres países se encuentran afinando detalles para firmar en las próximas semanas un acuerdo que pondrá en marcha el proyecto para verificar la destrucción de cocales, anunciado en marzo pasado durante la visita a Bolivia de los ministros brasileños de Exteriores, Antonio Patriota, y Justicia, José Eduardo Cardozo.
Se informó que este acuerdo tendrá como observador a la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (Unodc), entidad que también ha sido crítico con las políticas antinarcóticos de Evo Morales.
La inclusión de Estados Unidos en el convenio trilateral ha sorprendido en vista de los constantes reproches de Morales y sus colaboradores a los Estados Unidos, país al que acusan de usar la ayuda antidrogas como pretexto para intervenir políticamente en Suramérica.
Cabe recordar que el acuerdo se produce semanas después de la captura en Panamá del ex jefe antidrogas de Evo Morales, el general René Sanabria, por tráfico de cocaína, y su extradición a Estados Unidos para ser juzgado en un tribunal de Miami. Sanabria, quien al momento de su captura dirigía un departamento del Gobierno encargado de infiltrar carteles, fue jefe antidrogas de 2007 a 2009, época en que Morales expulsó de Bolivia a la agencia antidrogas estadounidense (DEA).
Mientras tanto, al menos otros 40 oficiales y agentes han sido detenidos en Bolivia por el mismo delito.
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