Por su majestuosidad, historia, diversidad biológica y paisajes incomparables, el Santuario Histórico de Machupicchu, es uno de los destinos turísticos más completos de la región.
Aprender de la historia milenaria de una gran civilización, descubrir tipos de vida fascinantes que conviven en relación armónica con el entorno, sobre pasar montañas y caminos que conectan la sierra y la espesura de la selva de la mano con el serpenteante río Sagrado de los Incas, es sin duda la mejor vivencia que cualquier ciudadano del mundo pudiera experimentar.
Todos hemos visto la foto de postal de Macchu Picchu. Los cerros verdes que rodean la pequeña ciudadela de piedra, bajo un cielo azul. Probablemente no todos nos hemos dado cuenta que si volteamos esta fotografía podemos ver el rostro en perfil de un misterioso hombre mirando al horizonte.
Es la analogía a este rostro en perfil, más que la foto en sí, lo que nos puede dar una minúscula idea de lo que se siente estar en Macchu Picchu. Misterioso. Inmenso. Verde. Histórico. Las palabras no alcanzan. Es como estar en presencia de un líder ancestral, el cual te ha permitido a ti -simple mortal- apreciar la grandeza de su cultura.
La ciudadela que alguna vez fue el epicentro de la cultura inca está construida en base a enormes piedras que emanan una energía anacrónica. La historia es tan tangible que a uno no le sorprendería en absoluto ver a un grupo de curacas de la época caminar por el lugar. Curacas que no tuvieron ningún problema en caminar cuatro o cinco días por una de las cuatro rutas que conectan las regiones amazónicas con una sierra que no quiere dejar de ser selva.
UN ENTE UNIFICADO
Estas 37 mil hectáreas albergan una enorme diversidad de flora y fauna que pasa desapercibida. Es simplemente imposible separar las orquídeas, los cerros, los pumas y los osos de anteojos de la ciudad de piedra, la cual está perfectamente planificada a nivel urbanístico y arquitectónico. Estos elementos forman un ente unificado que se revela ante los sorprendidos ojos de los más de 80 mil turistas peruanos y extranjeros que visitaron Macchu Picchu solo en el 2014.
Si eres lo suficientemente afortunado como para ir a esta maravilla del mundo probablemente tomes la ruta más conocida. Esta inicia en el sector de Piscacucho – Huayllabamba y pasando por el Abra de Warmiwañusca (a mas de 4200 msnm), recorre los sectores de Pacaymayo, Runkurakay, Chaquicocha, Phuyupatamarca, Wiñaywayna (2600 msnm) e Intipunku. Luego de unas horas y mucho oxígeno menos te encontrarás con todo el esplendor de la soberbia Llaqta inka, a.k.a Ciudadela de Machu Picchu.
RESPETO Y CUIDADO
No seas descuidado cuando llegues. Las instituciones públicas encargadas de su administración (el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado – Sernanp, a través de la Jefatura del Santuario Histórico de Machu Picchu y la Dirección Desconcentrada de Cultura Cusco) estarán observándote con atención.
La herencia inca no es solo cultural. Para los peruanos de hoy en día Macchu Picchu da ganancias económicas importantes. Este atractivo turístico genera empleo directo a más de 190 empresas turísticas, a más de 1340 guías oficiales y licenciados en turismo, así como a más de 6500 trabajadores que anualmente son autorizados por el Sernanp para desarrollar actividades de apoyo en calidad de porteadores y cocineros de los grupos de turistas.
A esto se suman las poblaciones locales en el santuario histórico de Macchu Picchu y en la zona de amortiguamiento. Estas poblaciones brindan servicios complementarios como venta de alimentos, frutas, bebidas, transporte de carga local (arrieros), servicio de campamentos, entre otros, en sectores como Piscacucho, Miskay, Huayllabamba, Intiwatana, Aobamba, Salkantay, Soraypampa, Santa Maria y SantaTeresa.
BITÁCORA
La Red de Caminos Inka que conducen a la llaqta o ciudadela de Machupicchu, se entrelazan y articulan las montañas de los andes con la ceja de selva (son entre 4 a 5 días de recorrido en 4 rutas habilitadas), sin embargo hay una más corta de un día de recorrido, que permite ver la mayor cantidad de especies de orquídeas en su estado natural (Km. 104 – Wiñaywayna – Machupicchu).