El 16 de julio del 2016, mientras Gener Maldonado Sinuiri alistaba la ropa y la mochila con las que al día siguiente se presentaría en el Servicio Nacional de Adiestramiento en Trabajo Industrial (Senati) de Surquillo para iniciar sus estudios de Tecnologías Ambientales, su novia Lizbeth le confirmó que ambos se convertirían en padres.
Gener, quien acababa de ganar el concurso Beca 18, en la modalidad de FF.AA., y esperaba con ansias comenzar su formación profesional para más adelante trabajar y formar un hogar con Lizbeth, se vio entonces en la disyuntiva de seguir con sus planes académicos o postergarlos para empezar a ganar dinero y prepararse para la llegada de su bebé, Zahil.
“Hasta ese momento, mi misión en la vida había sido poder estudiar. No me asustó la responsabilidad de tener un hogar, todo lo contrario, pero sí consideré que tal vez lo mejor sería trabajar para darle a nuestro hijo las comodidades necesarias. Sin embargo, el gran apoyo que encontré en mi pareja y en mi familia me llevó a decidir que asumiría ambos retos por igual: estudiar y convertirme en papá. Sería muy difícil, habría grandes sacrificios, pero me dije Si ya gané la beca, esto también lo puedo ganar”.
Así recuerda Gener, quien hoy tiene 25 años y próximo a graduarse como el primer técnico ambiental de una familia shipibo-konibo procedente de la Comunidad Nativa Vista Alegre de Pachitea, en el distrito de Masisea, provincia de Coronel Portillo (Ucayali), donde nació y aún vive buena parte de los suyos.
El poder de la perseverancia
Combinar las responsabilidades de la casa con las de la paternidad y los estudios, con energía suficiente para destacar como uno de los primeros de su clase, le tomó a Gener tiempo, paciencia y sobre todo compromiso. Harto punche, explica el joven becario, como el que le pone a cada partido que juega como delantero del equipo Juventud Libre, en la primera división de fútbol de Santa Eulalia, o en los que disputa durante la Copa Indígena Amazónica, también conocida como el Mundialito Shipibo, en su natal Ucayali.
“Al ser el último ciclo de estudios y estar haciendo mis prácticas en una empresa embotelladora en Pueblo Libre, no tengo mucho tiempo libre. Pero, cada vez que se puede salimos a pasear los tres y nos divertimos, aunque sea por pocas horas”, precisa Gener, quien como proyecto final de curso también trabaja en la construcción de una miniplanta de tratamiento de aguas residuales. La estructura, asegura orgulloso, se encuentra en un 80% de avance.
Pensando en su pequeño Zahil, y en los graves problemas ambientales que afronta el mundo, Gener aspira a seguir especializándose hasta consolidarse como un protector de los recursos naturales. Su punto de partida será el uso eficiente de los tratamientos de aguas.
“Estoy convencido de que los profesionales tenemos la obligación de poner nuestros conocimientos al servicio del país, de nuestros recursos y de las futuras generaciones. Por eso me gustaría especializarme en el tema ambiental y ser, por ejemplo, el nexo de apoyo entre mi comunidad y las empresas que trabajan en la amazonía”, explica.
Este Día del Padre, aprovechando la pausa que las celebraciones permiten a muchas familias, Gener, Lizbeth y Zahil saldrán a pasear y divertirse. Contemplando la sonrisa de su hijo, el joven becario sin duda reafirmará que tomó la decisión correcta aquel 16 de julio del 2016, cuando abrazó – con similar cariño y entereza – la decisión de estudiar y convertirse en papá. Y serán las sonrisas de Zahil y de Lizbeth las que verá en primera fila, en los próximos meses, cuando reciba su título técnico profesional.