SAN MARTÍN. Hace ocho años, un pequeño barrio en Moyobamba fue elegido para realizar la primera muralización con pintores peruanos, chilenos y colombianos. Al inicio, se respiraba cierto temor por parte de los vecinos, ya que era algo totalmente nuevo. Hoy, todo ha cambiado y la provincia moyobambina cuenta con más de 400 murales distribuidos estratégicamente por toda la ciudad, donde los ciudadanos han sido pieza clave en este movimiento cultural que le da una perspectiva distinta a la ciudad.
“Con la plataforma Barrio de colores comenzamos de a poquito, ya que entendimos que la gente era temerosa y tuvimos varias reuniones. Cuando vieron las primeras pinturas en las paredes se animaron y fue caminando el tema, otros barrios pidieron y contagiaron a la Municipalidad de Moyobamba y al Gobierno Regional”, afirma el director de la Dirección Desconcentrada de Cultura San Martín, Luis Vásquez.
Si bien es cierto que Moyobamba cuenta con la mayor cantidad de murales, otras ciudades como Rioja, Lamas, Tarapoto y Juanjuí le siguen sus pasos y ya hay decenas de este tipo de arte en las casas, dándole ese atractivo turístico a la región San Martín.
Al inicio la temática fue sobre fauna, flora y conservación; sin embargo, ahora ven temas de interculturalidad con pueblos indígenas. Pintores amazónicos reconocidos han dejado sus huellas en las principales calles como Sixto Saurin, Michael Sinaragua, Watsildi López, entre otros más.
Esta innovadora propuesta los llevó a quedar finalistas en el Premio a las Buenas prácticas en Gestión Pública organizado por Ciudadanos al Día, en el 2015.
El año pasado ganaron un concurso de la Unesco e Inca Kola, donde se logró pintar 200 metros lineales con artistas amazónicos. El gobierno local hizo otros 200 metros más. “En total, son 400 metros lineales y seguimos avanzando”, asevera Vásquez.
Al contar con presupuesto limitado, los vecinos han hecho de esta propuesta suya, ya que ceden sus paredes, se organizan y dan la pintura, mientras el Ministerio de Cultura contrata a los artistas. “En Moyobamba no hay un solo mural pintarrajeado. Hay un respeto por los murales”, nos cuenta orgulloso Vásquez.
Y es que entre todos se ayudan ya que, si un club de barrio no tiene el dinero, se hace una “minga cultural” y se convoca a los artistas en colaboración con empresarios. Se realizan varios murales en un solo día y los vecinos se encargan de darle almuerzo a los artistas, los niños se involucran con los murales y se arma una fiesta cultural.
Una pieza clave ha sido la participación de la población y como dice Vásquez no es solo para embellecer la ciudad sino para dejar ligado a la educación y enseñar a los más jóvenes la flora, la fauna, la conservación, la naturaleza y cómo debemos cuidarla.