Ante la probabilidad de déficit hídrico en los departamentos de Arequipa, Moquegua, Puno y Tacna, la Autoridad Nacional del Agua (ANA) del Ministerio de Agricultura y Riego emitió la Resolución Jefatural N° 019-2016-ANA, que declara el estado de emergencia de recursos hídricos en las fuentes naturales de agua de las cuencas Caplina-Ocoña y Titicaca.
La norma, publicada el 16 de enero último en el diario oficial El Peruano, recoge las recomendaciones del Informe Técnico N° 002-2016-ANA-DCPRH-ERH-CLI/FCC, de la Dirección de Conservación y Planeamiento de Recursos Hídricos de la Autoridad Nacional del Agua, para declarar la emergencia en estas zonas.
Estás fuentes naturales de agua se encuentran en el ámbito de las Administraciones Locales de Agua (ALA) Tacna, Locumba-Sama, Moquegua, Tambo-Alto Tambo, Chili, Colca-Siguas-Chivay, Camaná-Majes; y Juliaca, Ilave, Huancané y Ramis.
La declaratoria de emergencia obedece a la necesidad de ejecutar planes de contingencia ante una posible sequía, para proteger, controlar y suministrar los recursos hídricos, como la instalación de comités de coordinación de emergencia en cada ALA mencionada; planes de contingencia; restricciones en la captación, distribución y uso de agua; control de distribución de caudales; operación de redes de pozos; programas de monitoreo y sensibilización, informó la ANA a INFOREGIÓN.
El jefe de la Autoridad Nacional del Agua, Juan Carlos Sevilla Gildemeister, expresó que cada Autoridad Administrativa del Agua, en coordinación con las Administraciones Locales de Agua, deben preparar los planes de contingencia en un plazo de 10 días hábiles, en un trabajo multisectorial.
Sevilla Gildemeister aseveró que las acciones inmediatas a adoptarse en Moquegua consisten en abordar la operación Pasto Grande. Mientras que en Tacna se podría rehabilitar y/o reequipar dos pozos en el sector El Ayro. Añadió que en Puno se estudia rehabilitar 72 pozos, con una inversión de 6 millones 500 mil soles, en un plazo máximo de un mes.
El jefe de la ANA instó a los sectores involucrados a que entiendan que este es un esfuerzo multisectorial que comprende a todos al momento de racionalizar el uso del agua.
Cabe precisar que el déficit hídrico es la disminución transitoria o por poco tiempo de las precipitaciones o lluvias. En cambio, la sequía es la alteración climática que produce déficit hídrico prolongado, por meses o años, en un área o ámbito de grandes extensiones.
La sequía puede convertirse en un desastre natural cuando no existe capacidad de gestión de los recursos hídricos. En algunos países las consecuencias de las sequías alcanzan una magnitud que, con frecuencia, se hacen merecedoras de la categoría de catástrofe al ser causantes de hambrunas, muerte y migraciones de población.