Ataque a comisaría fue un acto criminal del narcotráfico

Lo ocurrido en el distrito de Ocobamba, en Chincheros, región Apurímac, sería un acto criminal del narcotráfico. No hay indicios que señalen a Sendero Luminoso como autor del ataque, señala el analista en temas de narcotráfico, Rubén Vargas, en artículo publicado el pasado sábado 3 en el diario El Comercio.



Las razones de esta afirmación son: La turba, provista de armamentos de uso militar, llegó a la plaza de armas acusando al oficial de la policía de «ladrón». Sendero Luminoso en sus incursiones suele juntar a las autoridades comunales y justificar su acción. Esto no ocurrió en este caso.


Los hombres armados atacaron la comisaría, asesinaron al teniente de la policía y se retiraron. Sendero Luminoso, por su carácter ideológico, suele reivindicar sus acciones. No hicieron pintas, no dejaron panfletos ni trapos rojos.



El refugio de la facción *Proseguir* de Sendero es el valle de los ríos Apurímac y Ene, especialmente la zona norte. Lo ocurrido está fuera de este ámbito, pertenece a la zona andina del departamento de Apurímac. Fuera de la selva el riesgo para una columna de cuarenta hombres armados de ser detectados es altísimo.


Vargas se pregunta: ¿por qué atacaron una comisaría? La respuesta estaría en el siguiente hecho: semanas atrás, estos policías, encabezados por el oficial asesinado, intervinieron a narcotraficantes e incautaron más de 80 kilos de cocaína. El ataque fue en represalia a esta acción.


“Los distritos de Chincheros que conectan con Andahuaylas se han convertido desde el 2000 en el corredor de la droga que se produce en el sur del valle de los ríos Apurímac y Ene. Esto no es nuevo; sin embargo, no se hace nada para revertirlo. En esta ruta hay muchos centros poblados donde sus habitantes participan y conviven con el narcotráfico”, destaca el abogado.



Por otra parte, las armas utilizadas pueden encontrarse en el mercado negro del valle de los ríos Apurímac y Ene. El poder corruptor del narcotráfico es inmenso, puntualiza.