150 000 hectáreas de terreno pertenecientes a las comunidades Asháninkas – Río Ene, estarían siendo invadidas por colonos cusqueños y ayacuchanos según denunció Ruth Buendía Mestoquiari, presidenta de la Central Asháninka del Río Ene (CARE), en el congreso realizado en la comunidad nativa Tshirotiari – Puerto Ene, frontera entre la regiones Junín y Cusco.
Cabe indicar que al mencionado congreso asistieron las organizaciones: Central Asháninca de Rio Tambo (CART), Federación Asháninka de Río Ene (FARE), central Asháninca de Rio Ene (CARE) Organización de Asháninkas y Machiengas de Rio Apurímac (OARA), Codecomp y entre las municipalidades distritales estuvieron las comunas de Río Tambo (Junín) y Pichari (Cusco), además del gobernador regional Ángel Unchupaico y más de 800 personas, en su gran mayoría pinkatzaris (jefes) de las comunidades asháninkas.
Buendía Mestoquiari dijo que “a través los años los colonos fueron ingresando sutilmente a los territorios de pueblos indígenas, es hora de decirles ¡basta! ya no más; porque las comunidades nos estamos quedando sin terrenos y sin territorio. ¿Dónde se quedaran nuestras futuras generaciones? ¿Es que acaso nos quieren exterminar como pretendió Sendero Luminoso en la época de la violencia social? Son 10 comunidades y 10 anexos que están comprometidos sus tierras, esto representa un aproximado de 150.000 hectáreas en peligro de ser invadidas por los colonos cuzqueños y ayacuchanos”.
“Por ello, a nombre de la organización CARE, hago un llamado a todos mis hermanos asháninkas, a unirnos en defensa de nuestro territorio y además agrego quienes quieran pertenecer a Pichari (Cusco) que se vayan que dejen las tierras porque son de los pueblos indígenas e invoco a los órganos competentes en temas territoriales atender nuestros derechos tal como lo demanda el convenio 169”, acotó con voz firme.
Es preciso remarcar que toda esta problemática de invasión de terrenos a las comunidades asháninkas, se debe al problema de límites que enfrentan estas dos regiones y de por medio están las comunidades nativas, que aseguran pertenecer a la región Junín, por creación y por titulación, hecho que la región Cusco los reclama como suyos a través del distrito de Pichari.
“Las comunidades nativas asháninkas no queremos que colonos invadan nuestras tierras porque ellos son responsables y promotores de la siembra y proliferación de la hoja de coca, y el resultado de esta siembra deja a nuestros terrenos pobres, nuestros ríos y fuentes de agua contaminados por la gran cantidad de químicos que utilizan en las pozas de maceración de droga. ¿Dónde está el plan de erradicación de la hoja de coca? Nosotras, las comunidades nativas, estamos dispuestos apoyar con la erradicación; pero con una metodología apropiada no como la que se empleó en el Alto Huallaga, donde se fumigaron con aviones y dejaron en completo desierto las tierras agrícolas”, comentó.
La CARE a través de su asociación Kemito- Ene, viene impulsando el cultivo alternativo a todas las comunidades de su jurisdicción en el cultivo del cacao; tanto así que hoy en día contamos con más de 110 hectáreas en plena producción y en estos momentos estamos en busca de la certificación Orgánica y además contamos con 60 hectáreas de café con certificación orgánica.
“Por ello nos interesa el tema de la erradicación de la hoja de coca; pero como comunidades nativas pensamos que el ejército y el Estado están camuflados, consorciados con los narcotraficantes, porque cuando ingresamos a las comunidades vemos a la 5 y 6 de la mañana aviones volando nuestros territorios sin que nadie diga y haga nada. ¿Dónde el resultados de la millonaria inversión con el plan VRAEM?”, cuestionó la líder asháninka.