En menos de 24 horas la Policía Nacional capturó al asesino de la joven JMD (15) que fuera estrangulada el último jueves en su domicilio y sin que sus gritos pudieran ser escuchados pues su televisor se encontraba prendido a todo volumen.
Lo sorprendente fue que el autor del crimen habría acompañado a los deudos a poner la denuncia del asesinato y a trasladar el cadáver al centro de salud, llorando en el velatorio junto con los familiares, parientes y vecinos. Incluso ayudó muy solícito, a cambiarle la ropa a la víctima para colocarla en el ataúd.
La captura se produjo el sábado a las 10 de la mañana cuando efectivos policiales incursionaron en el lugar del velatorio, y ante la sorpresa de los presentes, procedieron a detener a Félix Roling Fabián Garay (50) quien en esos momentos se encontraba llorando desconsolado, junto al ataúd de la muchacha.
La Policía había reunido una serie de indicios razonables que lo sindicaban como el asesino. Al principio Felix Fabián negó ser el culpable, señalando como coartada que el día del crimen se encontraba arreglando una bicicleta con un amigo mecánico.
Pero luego, acorralado por las preguntas de los efectivos policiales e interrogado sobre los arañazos que tenía en el pecho, no tuvo más remedio que aceptar su culpabilidad manifestando “que era su enamorada” y que la agredió y luego estranguló cuando ella le dijo que se “iba a Lima para trabajar”.
Además confesó que le colocó un vaso de agua con raticida para fingir un envenenamiento.
El sujeto personaje capturado laboraba como vigilante en el municipio de Padre Abad, entidad que apoyó a los familiares de la víctima con el ataúd y el entierro.
Al momento de trasladar el ataúd al cementerio de Pucallpa, gran cantidad de gente llegó hasta la delegación policial para exigir justicia y agredir al criminal.
También se hicieron presentes cientos de escolares y decenas de maestros del centro educativo Fernando Carbajal. La necropsia de ley arrojó asfixiamiento mecánico o estrangulamiento.