Asesinan a guardián de la cooperativa CACVRA para robar cacao y café

El vigilante de los almacenes de la Cooperativa Agraria Cafetalera Valle del Río Apurímac, CACVRA, fue brutalmente torturado y asesinado, presumiblemente por delincuentes que robaron varios sacos de cacao y café.

El hecho habría ocurrido en horas de la noche del día martes, pero fue recién ayer aproximadamente a las 6 de la tarde que el personal encargado de seleccionar los granos de cacao y café se percataron del cuerpo.

Según relataron los testigos a INFOREGIÓN, el cuerpo se hallaba en posición de boca abajo con las manos y los pies maniatados con soguillas de nailon y  la boca se encontraba amordazada con cinta de embalaje. Los asesinos para ocultar el cadáver lo habrían  cubierto con bolsas y con un saco lleno de café.

“Además su cabeza había sido cubierta con un costal de material polietileno y encima con otro costal de yute. Tenía rasgos de haber sido torturado pues el rostro lo tenía muy maltratado. Todo indica que fue una acción totalmente premeditada”, relató Nelson Palomino La Serna, sobrino del occiso.

La víctima fue identificada como Antonio Vallejo Robles de 58 años, quien vivía cerca de la zona y siempre estaba acompañado por una escopeta, pues pertenecía a la base de los Comités de Autodefensa del distrito de Kimbiri. Deja en la orfandad a cuatro hijos, entre ellos, un menor de edad y un nieto.

“Lo extraño de este asesinato es que no hay signos de que la puerta haya sido forcejeado y tampoco que el difunto haya utilizado su escopeta. Al parecer los delincuentes conocían a la víctima y habrían estudiado todos sus movimientos”, señaló Adrían Aréstegui, presidente de la CACVRA.

Así mismo informó que se viene trabajando en la contabilización de los sacos de café para determinar qué cantidad de la cosecha fue sustraída de los almacenes  y además para buscar pistas que ayuden a la ubicación y captura de los delincuentes.

Entro momento los familiares mostraron su extrañeza e indignación debido a que cuando fueron a pedir apoyo, acompañados por el fiscal de turno, a la Comisaría de San Francisco, recibieron como respuesta que no estaban los efectivos por que habían salido a “pichanguear” (jugar fulbito).

Finalmente los familiares resignados  se fueron al levantamiento del cadáver, acompañados de los miembros del serenazgo de la municipalidad de Kimbiri.