Dos jóvenes fueron asesinados a balazos por sujetos desconocidos que aprovechando la oscuridad, asestaron cuatro tiros a cada uno de ellos y luego los abandonaron a un lado de la carretera que une Tingo María y el Valle del Monzón, cerca de la localidad de Agua Blanca.
El hecho se produjo la noche del último domingo, según relató Vladimir Olórtegui Besares, hermano de una de las víctimas, alrededor de las siete y treinta de la noche cuando Vladimir se desplazaba por la mencionada vía junto a su hermano Óscar Olórtegui Besares, de 28 años, y su primo Junior Espinoza Rufino, de 15 años.
En el trayecto, Vladimir se detuvo para hacer una llamada telefónica, mientras que Óscar y Junior siguieron avanzando. Minutos después, al terminar de hablar por teléfono, Vladimir observó que cuatro sujetos, a bordo de dos motocicletas, buscaban a alguien y se detuvieron. Luego uno de ellos dijo “no están, vamos”, continuaron su marcha, pero dos minutos después se escucharon los disparos y los vio pasar con dirección al Monzón.
Muchas personas corrieron para observar lo que había sucedido y encontraron los cuerpos sin vida de Olórtegui Besares y Espinoza Rufino. El teniente gobernador de la zona, Jorge Benito Rubina, recibió la información y dio cuenta a las autoridades policiales.
La autoridad dijo haber conocido a ambos jóvenes y los calificó de «muchachos humildes y normales». Sin embargo, recordó que en una oportunidad presentaron un pedido de garantías contra unos sujetos conocidos como “Pilas” y “Bush”, con quienes se enfrentaron en una pelea que incluyó machetes y escopetas.
Los familiares de las víctimas señalaron como responsables de las muertes a los dos sujetos mencionados y dijeron que se trataría de un crimen pasional, pues el sujeto llamado “Bush” habría pensado que uno de los dos jóvenes habría estado detrás de su enamorada, conocida como Gisela.
Sicarios de mafia mexicana serían autores del crimen
Sin embargo, la policía presume que los autores del asesinato serían sicarios contratados por la mafia mexicana que opera en el valle del Monzón.
Según las primeras investigaciones, los presuntos sicarios habrían actuado en venganza por la incautación de más de media tonelada de droga, ocurrida hace algunas semanas. Según esta pista, la incautación habría sido posible porque ambos jóvenes habrían brindado alguna información para la acción policial.
Según fuentes policiales, la tesis se refuerza con el poco interés de los familiares para dar mayores detalles de la vida de las víctimas y pedirles a los investigadores que «el hecho simplemente quede así».
Recién ayer por la mañana, un contingente de la Policía Nacional se dirigió a la zona para el levantamiento de los cuerpos. En el lugar se encontraron casquillos de bala de 9 milímetros.