Un operativo sorpresa de la comuna portillana en coordinación con el fiscal de prevención del delito, reveló que la mayoría de los aserraderos de la ciudad, trabajan ilegalmente evadiendo impuestos.
El primer aserradero descubierto en falta fue una fábrica de escobas. Allí el representante respondió a las autoridades que todo el producto lo enviaban a Lima y que ahí estaba la documentación, pretendiendo con ello distraer la atención del personal municipal.
Las autoridades ordenaron la inmediata paralización de las actividades y procedieron a la clausura del establecimiento por el término de 30 días, plazo en el que deberá ponerse a derecho.