Artista plástico peruano presentará obra sobre el maíz transgénico en la Bienal de La Habana 2009

El Artista plástico peruano Eduardo Villanes, presentará en la Bienal 2009 que se realizará en marzo y abril en La Habana, una obra inspirada en el ADN del maíz, a propósito de la patente que de este producto ha hecho la trasnacional Mosanto.


 


En Diálogo Ambiental, Villanes contó que esta obra tuvo su origen hace siete años.


 


«Yo vivo en una zona donde hay sembríos de maíz, hay agricultura del maíz y en estos siete años he podido observar lo que es una propagación de los cultivos transgénicos en la zona donde vivo, cuando recién llegué no había ni uno solo y ahora casi todos son de maíz transgénico», refirió el artista.


 


Ese hecho no le significaba una inspiración para el arte, por lo que luego de meditar, y como peruano proveniente de una cultura del maíz, que es el Perú, reflexionó sobre cuáles serían los efectos de la introducción de los cultivos transgénicos al Perú.


 


Investigó a todo nivel, entró en contacto con agricultores locales, habló de su problemática, investigó los efectos que los cultivos tienen en el medio ambiente, en la economía rural, y se quedó espantado de lo que esto significaría si entra al Perú.


 


Paralelamente investigó cuáles han sido los efectos de los transgénicos a nivel mundial y las catástrofes que han ocasionado con su ingreso masivo en la India, la pobreza extrema en Argentina, en México, y la deforestación intensa en la Amazonía del Brasil.


 


«Hace un par de años se anunció la importación de transgénicos al Perú, esto me estimuló para incluir este tema de manera activa en mi obra, y es así como empecé a crear una obra directamente relacionada al maíz transgénico del Monsanto que es la corporación multinacional más grande de semillas transgénicas».


 


La obra que irá a la Bienal hace referencia al arte textil por un lado, y al maíz por el otro. Nunca nos habíamos puesto a pensar que el maíz es también una obra de arte, que le ha costado a generaciones, incontables horas de trabajo de agricultores que han transformado una planta que era antes silvestre, no comestible, en lo que es ahora una planta de enorme valor nutritivo, de gran biodiversidad.


 


«Yo hice esta obra en forma de textiles y los textiles tienen una combinación de colores, y esta combinación de colores son los del ADN del maíz, porque este ADN está siendo patentado, es decir, la combinación genética de esta planta que es una combinación especifica que le da sus características propias, está siendo patentado, tiene ahora un propietario intelectual y quién es, esta empresa Monsanto».


 


Perú libre de transgénicos


Por tal motivo, y ante las experiencias de otros países donde se introdujo las semillas transgénicas, Villanes sostiene que lo más inteligente sería declararnos libres de transgénicos.


 


«Viviendo aquí en los Estados Unidos puedo dar fe que uno de los negocios más crecientes es el de los productos orgánicos. Además, un país que acepta transgénicos corre el riesgo de no ser aceptado en el mercado internacional de productos orgánicos porque los transgénicos contaminan, son como una plaga, una vez que un cultivo como el maíz transgénico o la papa transgénica entra al Perú, por la polinización, por el cruce va a contaminar a nuestras variedades locales, las cuales se van a transformar en las sucesivas generaciones, en transgénicos», refirió el artista.


 


Experiencias desastrosas de transgénicos


Son alrededor de 70 países que participarán en la Bienal 2009, entre ellos México, que también va con el tema del maíz, un tema muy candente en México, pues sus agricultores han sido muy afectados con los transgénicos.


 


«Los agricultores sienten que se les ha quitado este recurso vivo de las manos y está siendo contaminado y se está generando una secuela de pobreza sobre todo en los Estados norteños que han recibido en los últimos años contaminaciones transgénicas vía polen traído por el viento de los Estados Unidos que se ha cruzado con sus variedades locales y las han contaminado».


 


Al final, agrega Eduardo Villanes, han quedado extinguidas muchas variedades valiosas con valores nutritivos únicos del maíz.


 


«Ahora muchos agricultores mexicanos tienen que ir a la tienda a comprar harina o maíz transgénico importado de los Estados Unidos y tienen que vender su chacra, trabajar de empleados y sumarse a la lista de desempleados en las grandes ciudades mexicanas, esto aún está por verse en el Perú».


 


Los efectos de contaminación transgénica a nivel de la economía, de la población rural, aún no se han visto por suerte, pero si esto llegara a suceder, sería tráfico, un holocausto que llevaría a la muerte a muchas personas, finalizó el artista plástico peruano.