El arroz fortificado y la papilla fortificada se sumarán próximamente a las políticas que se aplican para combatir la anemia, anunció la viceministra de Salud Pública, María del Carmen Calle, en su participación en la reunión técnica «Evidencias en el control de la anemia: retos y oportunidades 2018-2021».
Detalló que los programas sociales podrán abastecerse con estos alimentos, una vía efectiva para contribuir al plan de reducción de la anemia. Agregó que la lucha contra la anemia es prioridad nacional, por ello el Ministerio de Salud (Minsa) trabaja en nuevas intervenciones sanitarias para ser un país libre de esa enfermedad.
“El tema de la anemia se debe abordar multisectorialmente, a Salud le toca una parte importante y nos tenemos que basar en evidencias. Prevenir la anemia sí se puede”, indicó la viceministra Calle.
Comida enriquecida
Desde el año 2006 es obligatoria la fortificación de la harina de trigo con micronutrientes como el hierro. Ahora el Minsa viene promoviendo la fortificación del arroz, al ser este un alimento de alto consumo en todas las regiones del país.
Hans Vásquez, jefe del Instituto Nacional de Salud (INS), precisó que la fortificación se desarrolla en un proceso intermedio de la producción del alimento y no desde las semillas, con lo cual tenemos un producto enriquecido que no sufre la alteración en sabor, olor y color.
Países como Costa Rica, Estados Unidos, y Filipinas ya aplican con éxito esta estrategia sanitaria para enfrentar problemas de malnutrición y deficiencia de hierro, entre otros nutrientes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la fortificación de los alimentos es una intervención de salud pública muy efectiva, que conduce a una mejora rápida del estado nutricional de las personas.
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